Un niño sufrió traumas al ver cómo un vecino agredía e insultaba a su madre

Jesús M. García OURENSE

OURENSE CIUDAD

El imputado llevaba consigo un cuchillo y la víctima agarró un palo para defenderse La fiscal pide tres años de cárcel para el acusado y que pague los gastos de hospital

06 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Delmiro Lamas, vecino del municipio de Gomesende, fue juzgado ayer en el Penal número 2 de Ourense, acusado de un delito de lesiones y una falta de amenazas en la persona de su vecina y el hijo menor de esta, que viven puerta con puerta. El niño fue testigo de lo sucedido., que le afectó bastante. El Ministerio Público pide tres años de cárcel y que pague los gastos sanitarios de la víctima, pues esta renunció a cualquier indemnización salvo esos gastos. Delmiro reconoció que en la tarde del 17 de septiembre del 2003 estaba vendimiando y que luego, allí cerca, ya en la casa de su vecina, comenzó a golpear el contenedor de la basura con un cuchillo: «Un cuchilliño para vendimar», dijo él. Después se supo que el arma blanca tiene 23 centímetros. Declaró que la vecina salió enfadada, pero que no la amenazara y mucho menos de muerte. «Ela achegouse cun pau na man. Intentei parar o golpe coa man na que eu levaba o cuchillo. Ela cortuouse cando botou a súa man á folla do cuchilliño». Negó el acusado haber usado el arma blanca para hacer daño a nadie. La víctima, que vive justamente al lado, relató que aquel día ya por la mañana el acusado le puso una piedra pesada en el cesto de las uvas. Luego le cortó las plantas y pensó que era una broma: «Xa había enfrentamento de antes con el pois un día díxome que me ía violar». Aquella tarde, dijo, Delmiro la insultó. Con el ruido en el contenedor, ella salió a ver qué pasaba y él, siempre según ella, la colmó de insultos. «Díxenlle que se fora que se non collía un pau. Ao levantar eu o pau para mandarllelo botou unha man ao pau, quedou con el e co cuchillo. O neno deulle a él cun pau. Saiu o meu sogro e quitoulle o pau a Delmiro. Ao intentar collerlle o cuchillo, agarreino pola folla. Dicía que ía matarme». Todo se debe, dijo la señora, a los celos del imputado porque su hermana vendimiaba para la familia de la víctima. Esta dejó claro que siempre ayudó a Delmiro cuando se vio necesitado de ayuda. «O meu neno viuno todo. Quero que saquen a iste home de alí porque o neno non pode xogar. É certo que lle din na cabeza co pau e el dirixía a min a arma. Eu non estou esperando a morte», sentenció. La letrada de Delmiro alegó que actuó en legítima defensa.