El incendio de Monterrei, que al cierre de la edición no estaba controlado, afectó a 145 hectáreas, algunas de Oímbra
24 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.A pesar que durante toda la jornada de ayer los agentes contraincendios, desde tierra y aire, intentaron controlar el fuego que se inició el viernes por la tarde en Vilaza (Monterrei), no fue posible. Se estabilizó de madrugada, después de una larga noche de lucha en solitario de los agentes en tierra- ya retirados los aviones y helicópteros-, no solo contra las llamas sino contra el fuerte viento que hacía que el incendio se moviera en todas las direcciones. Llegó a pasar a tierras de Oímbra y las llamas se cebaron con muchos viñedos de particulares.
El alcalde de Monterrei, José Luis Suárez, fue ayer claro: «Tenemos un energúmeno que nos hace la vida imposible». Afirmó, tras una semana de casi un incendio por día en Vilaza, que es importante que los vecinos estén atentos para denunciar cualquier actitud sospechosa que vean. «Está claro que se trata de un delincuente común, porque en esta zona no hay pastoreo. Se acerca a la carretera y prende en donde puede», subrayó.
Por su parte, la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino explicó ayer: «A las ocho de la tarde vimos como las llamas ya llegaban al concello y no fue hasta la medianoche cuando consiguieron pararlo». Relata que pasaron unas horas de mucha preocupación, hasta que vieron que ya estaba controlado. «Se acercó a una casa en la zona de O Rosal, una vez que el fuego bajó por la ladera del Ladairo. Pero allí hicieron un corte y no avanzó. Tuvieron que trabajar mucho. El viento de la noche avivó las llamas y afectaron a viñedos», comenta la regidora. Durante la mañana de ayer, tras el paso del incendio, muchos vecinos se acercaron a sus viñas para comprobar los daños. «Se estropeó el trabajo de un año. Ya estaba siendo difícil por los problemas con el mildiu, pero ahora ya no tienen nada que hacer. Lo que pasó, pasado está, pero hay que intentar que no se repita», subrayó Villarino. El incendio que seguía estabilizado, al cierre de esta edición, es el tercero que se inicia esta semana en Vilaza. Algunos vecinos apuntan que incluso comenzaron a pocos metros unos de otros. El último, afirman, cerca de la autovía. Durante la jornada de ayer trabajaron en la zona un técnico, once agentes, 19 brigadas, doce motobombas, tres palas, diez helicópteros y cuatro aviones.