Una exposición en la cárcel de Pereiro: «El arte les puede ayudar a expresarse, evadirse e integrarse»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

O PEREIRO DE AGUIAR

Las presas de la cárcel de Pereiro, atendiendo a la visita guiada por la exposición que les hizo Carla Viso
Las presas de la cárcel de Pereiro, atendiendo a la visita guiada por la exposición que les hizo Carla Viso Santi M. Amil

Las internas de la prisión de la provincia de Ourense disfrutan de una muestra y de un taller impartido por la artista Carla Viso

04 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Una docena de presas del Centro Penitenciario de O Pereiro de Aguiar participaron este martes en un taller de pintura impartido por la artista Carla Viso. Durante toda la mañana las alumnas aprendieron sobre dibujo y realizaron sus propias obras, para culminar visitando una exposición de la expresionista de Vigo. Lo hicieron sin necesidad de salir de la cárcel, ya que por primera vez en O Pereiro, una artista expone sus cuadros en su interior. Se trata de una veintena de cuadros que, desde principios de año, lucen en uno de los pasillos del área de mujeres del centro penitenciario. Las presas disfrutarán de la muestra hasta el 15 de enero. «Pienso que ver una exposición y comentar con compañeros nuestras impresiones es uno de los grandes placeres de la vida, que muchas personas se pierden, quizá por desconocimiento o, tal vez, porque las instituciones no hacen lo suficiente. Me entristece ver los espacios expositivos de las ciudades vacíos», explica Carla. A raíz de una de sus exposiciones en el Liceo, se empezó a gestar la idea de llevar su obra al centro penitenciario de la provincia de Ourense. Meses más tarde, lo ha conseguido. «Me hace muchísima ilusión ser partícipe de esta primera muestra en la cárcel porque es en beneficio de mujeres que en su mayoría han tenido vidas difíciles y a quienes creo que puede ayudar especialmente el arte y la cultura, como piezas esenciales para animarlas a expresarse, a evadirse y a integrarse de nuevo en la sociedad», añade la pintora. Sin duda su trabajo y su iniciativa han encajado de maravilla entre las presas. «Es genial, parecía que todas sabíamos pintar y dibujar. Carla es muy instructiva, nos ha ayudado a dejarnos llevar y nos encanta ver sus cuadros en nuestro módulo», decía una de las reclusas, al terminar el taller y la visita por la exposición. «Ha sido increíble. Se ha pasado el tiempo volando y lo único que queremos es repetir», le cortaba otra. Todas, al unísono, se dirigían a los funcionarios para pedirles una nueva visita de la artista de Vigo y esta, entusiasmada como sus alumnas, ha prometido volver muy pronto para continuar las clases. 

«Ha sido una experiencia totalmente edificante para mí y espero que para ellas también. Voy a volver seguro porque se ha quedado un trabajo a medias y ya les le dicho que lo haría, así que lo haré», admite la artista. Carla Viso es profesora de pintura, tanto de adultos como de niños, pero admite que llegó nerviosa al centro penitenciario. «No sabía si iban a querer trabajar, si les iba a motivar, pero al final se nos ha quedado el tiempo corto», comenta. En el taller, las mujeres debían expresarse a través de la pintura, jugando con los colores, las formas y hasta los textos. Una de las presas optó por dibujar la parca acompañada de la frase «La muerte tiene un precio» y decorada con distintas pegatinas de brillantes. «Cuando entras en la cárcel descubres el verdadero significado de esa frase. Aquí aprendes a pagar ese precio y con suerte te conviertes en alguien mejor», explicaba la presidiaria sobre su obra. Fue la única que decidió expresarse en esa línea. «Me ha sorprendido muchísimo que la mayoría de las chicas escogían temáticas relacionadas con el amor. Les hicieron dibujos a sus hijos, a sus padres, a sus novios... Ha sido una experiencia fantástica en la que nos hemos aportado muchísimo», concluye Carla. 

La prisión de O Pereiro se caracteriza especialmente por el programa de actividades y tratamiento al que tienen acceso todos los internos. «La finalidad es poder tratar las adicciones que les llevaron a delinquir, que es el caso de la mayoría de los presos de nuestro centro», explica el director Francisco González. «Tratamos de proponerles una serie de iniciativas que atenúen sus adicciones para que, cuando salgan, no vuelvan a recaer y a delinquir y rehagan su vida. Aunque la realidad es que el trabajo que realizamos todo el personal penitenciario mientras están en el centro, se desvanece cuando ponen un pie fuera por culpa del entorno, el ambiente, familias desestructuradas... Falla que la sociedad no tiene recursos para poder controlar y ayudar a estas personas», continúa González. Algunos presos sí consiguen rehabilitarse. El arte es una de esas formas de entretenimiento y evasión para los que están dentro de la cárcel. Justo antes de la exposición de Carla, las internas disfrutaron de una muestra de fotografías organizada por el Concello de Sober y protagonizada por mujeres víctimas de violencia de género.

Desde la escuela a las horas libres

Entre las actividades propuestas por el centro penitenciario de forma esporádica hay talleres de dibujo, de música o de lectura. También son habituales los coloquios o las charlas. «Hace poco recibieron la visita de una mujer que había dejado la prostitución y rehecho su vida y de otra que llevaba siete años sin consumir y había formado una familia. Mientras las dos chicas expusieron su experiencia vital, mirabas a nuestras internas y estaban prácticamente todas llorando porque la mayoría se veían reflejadas en esos casos y les gustaría reinsertarse en la sociedad», comenta Francisco González. 

Muchos de los internos van a la escuela. «En este punto tengo que decir, que estando en el año 2023 todavía hay muchísimos adultos que son analfabetos, de ahí que les recalquemos la importancia de ir a clase, aunque sea para cubrir trámites administrativos, pedirnos una instancia o solicitar una comunicación; necesitan leer y escribir», dice el director de la cárcel de O Pereiro de Aguiar. Otros reclusos optan por ir a trabajar a las empresas con las que tenemos convenio y otros hacen servicios penitenciarios. «Hacen tareas dentro del centro como cocina, lavandería, economatos, limpieza... y es una forma de estar ocupados. Pero también tenemos programas de tratamiento con grupos sobre violencia de género, sobre agresores sexuales o sobre justicia restaurativa, entre otras», añade González. En el centro tienen gimnasio y polideportivo, también proyectan películas y les permiten coger prestados libros. «Lo que pretendemos es que los internos estén siempre ocupados, aunque hay un porcentaje de ellos que no quieren hacer nada. Todo lo que venga de fuera les motiva, les llama la atención, son muy agradecidos y disfrutan de las actividades lúdicas», termina.