La víctima de una agresión machista: «Dejó de apretar porque pensó que yo estaba muerta»

m. Rodríguez OURENSE / LA VOZ

O PEREIRO DE AGUIAR

Ramiro V.G., acusado de haber intentado matar a su expareja
Ramiro V.G., acusado de haber intentado matar a su expareja MIGUEL VILLAR

El acusado se acogió a su derecho a no declarar y se enfrenta a solicitudes de penas de prisión de hasta quince años

18 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ramiro V. S. llegó esposado a la sede de la Audiencia, desde el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar donde está preso por la causa -presunto intento de matar a su expareja- por la que ayer fue juzgado. Se acogió a su derecho a no declarar y las testificales respaldaron en mayor o menor medida la versión de la víctima, aunque la letrada de la defensa se afanó por buscar las contradicciones que pudiera haber en lo que los testigos fueron diciendo desde que ocurrió este caso, en la madrugada del 16 de diciembre del 2018 en la ciudad.

El acusado tenía prohibido acercarse a su ex desde julio de ese año, pero tenía las llaves del domicilio de ella y seguía frecuentándolo. Según la mujer, la relación había durado menos de un año y finalizó por una agresión a su hijo. Sobre lo ocurrido ese día, señaló que él ya estuvo en la casa mientras ella se duchaba para ir a comer con una amiga. Las siguió al bar y se presentó en el piso. «No aceptaba que no quisiese hablar ni seguir con él, me decía que si no era suya, no era de nadie, que me iba a matar», relató la mujer sobre la discusión de esa noche. Añadió que estaba mirando hacia la calle cuando él le tapó la cabeza con un albornoz y le apretó el cuello. Con él siempre encima, forcejearon, y con una especie de espasmo, ella le dio una patada a una mesa de cristal. «Él se levantó y se fue al cuarto. Yo me fui gateando, creo que dejó de apretar porque pensó que yo estaba muerta», continuó la denunciante. En el piso estaba otra chica que no salió de su habitación pese al ruido, según la víctima porque dormía tras haber bebido. La defensa cuestionó por qué la mujer no firmó la denuncia y tardó meses en presentarla. Según ella, recibió amenazas del acusado desde la prisión. La policía calificó la situación de riesgo extremo de violencia de género. Las acusaciones piden 15 años de prisión.