Un plan piloto ensaya la detección de alumnos con altas capacidades

mar gil OURENSE / LA VOZ

O PEREIRO DE AGUIAR

MIGUEL VILLAR

Diez centros de la provincia tienen aulas específicas para atender a 138 alumnos superdotados

20 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Atender a la diversidad no es, exclusivamente, integrar a quienes tienen dificultades para llegar. En ocasiones, los problemas se sitúan un escalón por encima de la media. Cuando hablamos de alumnos superdotados o, en lenguaje más actual, con altas capacidades, la intervención también es necesaria. En Ourense funcionan desde hace años aulas con programas específicos para que estas mentes privilegiadas no fracasen sino que alcancen toda su potencia pero, dicen los expertos, el camino no ha hecho más que comenzar.

La primera gran barrera es descubrirlos, llegar a ellos. Este curso son 138 los estudiantes de diez centros educativos que participan en aulas específicas de altas capacidades. Detectar a todos los que son, pero aún no están, es la primera tarea.

El equipo de orientación específica de la Xunta se ha puesto manos a la obra con un plan piloto para diseñar un procedimiento de detección sistemática. El ensayo se realiza en el colegio Mestre Vide, que este curso ha entrado con fuerza en el programa, incorporando un profesor de pedagogía terapéutica y sumándose al plan de aulas.

Su orientadora, Pilar Seoane, coordina el proyecto en colaboración con los técnicos de la Xunta. El primer paso es ofrecer pautas al profesorado. El segundo lo da cada tutor, que debe identificar a los alumnos que considera pueden tener altas capacidades. Una encuesta con doce puntos sobre lenguaje oral, creatividad, independencia de pensamiento, implicación en la tarea, rapidez en la resolución o formulación de principios y generalizaciones, es la palanca de ayuda.

Hecha esa preselección, el departamento de orientación del colegio o instituto realiza una prueba colectiva a todos los afectados y elabora a continuación un informe psicopedagógico individualizado. Si el resultado de un alumno confirma la sospecha de altas capacidades, es el equipo de orientación específico de la Xunta, ajeno a los centros, el que continúa la evaluación.

Para hablar de altas capacidades, un alumno debe tener un coeficiente intelectual mínimo de 135, apunta Pilar Seoane: «Un neno con 120 xa é bo, pero para altas capacidades falamos a partir de 135. Hai varios aspectos a valorar na intelixencia dun neno e hai nenos que destacan moito na parte verbal, por exemplo, ou na matemática ou en todo. Pero non quere dicir que sexan líderes, por exemplo; hai algúns que son moi bos no seu campo, pero son moi individualistas».

Para conocer otros aspectos del niño con altas capacidades y para detectar su influencia en el aula, existe una última prueba. «Chámase valoración entre iguais -explica Seoane- e faise sen sinalar a ese neno supostamente superdotado. O que se lle pregunta a toda a clase é que indiquen que nenos destacan por valores como liderado ou capacidade de relación cos demais para así completar a imaxe». El proceso de detección dura aproximadamente dos meses.

Teatro, astronomía, energía solar... proyectos para todos los intereses

El procedimiento sistemático de detección se intentó hace algunos años en el instituto de O Couto, pero no llegó a cuajar. Ahora, explica Ramona Gómez, técnica de la Xunta, podría alcanzarse el éxito con este plan piloto y hacerlo extensivo a todos los centros.

Son diez -seis públicos y cuatro concertados- los que ofrecen aulas específicas para que este tipo de alumnos tengan la posibilidad, varias horas a la semana, de abandonar su clase habitual para realizar proyectos que estimulen sus capacidades.

Desde la Xunta se apunta a un curso de formación organizado en octubre como razón directa del incremento de centros implicados este año. Participaron 35 profesores -comenta Ramona Gómez- «cando o normal é que estes cursos teñan só 20 prazas. Houbo que amplialas e, aínda así, quedou xente fóra».

La implicación de los docentes es, en su opinión, decisiva: «O ideal sería que cada centro tivese un programa para estes nenos como unha parte da súa atención á diversidade porque a nosa obriga legal é darlles unha resposta e nas aulas ordinarias faise moi complexo. Estes pequenos programiñas son moi interesantes para os nenos e para todos porque os profesores incorporan dinámicas que benefician a todos. Cando empezamos no instituto do Couto cunha profesora que mandou a Xunta ao ano seguinte xa foron os profesores do centro os que se implicaron no programa e iso é o máis interesante».

Los programas desarrollados en las aulas de altas capacidades se personalizan en cada centro. El más veterano, el instituto de O Couto, trabaja este año en una semana de la ciencia, un huerto vertical, un periódico histórico, robótica y programación. El colegio O Couto cuenta con matemática avanzada, programa de procesamiento verbal y proyectos de ciencias. El Ben-Cho-Shey, de Pereiro de Aguiar, ha escogido programas en escritura, edición y producción de una obra de teatro y astronomía. En O Barco, el Condesa de Fenosa ha apostado por la búsqueda y la gestión de información. El colegio A Ponte ha elegido matemática avanzada, procesamiento verbal y proyectos de ciencias. El Mestre Vide, también matemática avanzada y ciencias, procesamiento verbal y entorno de aprendizaje.

Maristas -el que trabaja con más alumnos, 62- ofrece para primaria el programa Meteoescolas, un huerto urbano, robótica y programación; en secundaria, First Lego League, diseño de una embarcación de energía solar, una cadena de radio y TV y un vehículo de inercia.

Salesianos trabaja con un herbario y un proyecto en torno a matemáticos ilustres compartido por primaria y secundaria. Franciscanas ahonda en el proceso de razonamiento y Miraflores aborda los proyectos Bromápolis y Evolución de las especies.