La policía sospecha de incendiarios diferentes en Castro de Beiro y Pereiro

La Voz OURENSE

O PEREIRO DE AGUIAR

El viento contribuyó a que se propagaran las llamas en el incendio de Castro de Beiro.
El viento contribuyó a que se propagaran las llamas en el incendio de Castro de Beiro. antonio cortés< / span>

Un operario de Protección Civil fue identificado por estar fuera de su zona por razones de tipo particular

12 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando en zonas concretas, como Castro de Beiro y su entorno, o los alrededores de Sabadelle, se producen año tras año incendios forestales de devastadoras consecuencias con un patrón similar, que comienzan de noche cuando es más difícil acometer las labores de extinción, aprovechando días de viento, es que hay alguien empeñado en hacer daño. La localización es difícil. Las fuerzas de seguridad trabajan sobre el perfil de individuos que actúan solos, que disfrutan con el fuego y saben moverse. Son delincuentes, pero son habilidosos y ágiles, escurridizos y curtidos año a año, según dicen quienes los persiguen.

Desde el Peugeot que abandona con celeridad la zona donde arrancó el incendio de Ceboliño, hasta las sospechas que despierta la presencia en Castro de Beiro de un uniformado de Protección Civil en una zona que no era de su competencia, como ocurrió ayer mismo, cualquier indicio puede ser una buena pista. Aunque acaben convirtiéndose en fantasmas tanto ese Peugeot como otro Ford Fiesta detectado en Vilariño y elevado a la categoría de sospechoso. Buscarlos y encontrarlos es tarea compleja, según dicen medios vinculados a la investigación, que saben de la extrema dificultad que entrañan esclarecer estos sucesos.

Transportar a un amigo

Sobre la presencia del operario de Protección Civil, resultaron convincentes sus explicaciones en el sentido de que había acudido allí para dejar a un amigo.

La intencionalidad de los incendios que están causando estragos en la zona de Castro de Beiro y Vilariño, en los municipios de Ourense y Pereiro de Aguiar, respectivamente, es algo que tienen claro los medios policiales implicados en la lucha contra este tipo de hechos delictivos. Estos dos fuegos, con una muy evidente función escaparate, no surgen por negligencias en labores agrícolas, ni son consecuencia de que se hayan escapados las llamas por una quema de maleza para haber limpieza en una finca, como se sospecha que ocurrió en el caso del último detenido en Ourense.

Colaboración espontánea

La implicación en la lucha contra los incendios forestales da lugar, por otra parte, a situaciones curiosas como la que se vivió a primera hora de la noche del lunes en el mismo entorno de Vilariño, en Pereiro de Aguiar, donde otro fuego de gran visibilidad trajo en jaque a la policía y los servicios de extinción. Dos fotógrafos de prensa y un cámara de televisión observaron, mientras se desplazaban en coche por la zona cómo un Ford Fiesta abandonaba de forma precipitada un lugar en el que, al mismo tiempo, crecía de manera sorprendente un fuego. Los profesionales de la información detuvieron su vehículo e intentaron apagar las llamas, al tiempo que alertaban del nuevo foco. Duraron poco las llamas. Por la forma en que se produjo y creció el fuego sospecharon los testigos de la utilizaron de las pastillas empleadas en churrascos y barbacoas.

Las llamas arrasan también un alpendre en Carballeda de Avia

Pasaba de las dos de la tarde cuando se detectó el fuego en un cobertizo de Abelenda das Penas, en Carballeda de Avia. El riesgo era evidente, toda vez que prácticamente al lado hay viviendas. La posibilidad de que se propagaran las llamas y causaran daños de gravedad hizo que se movilizaran medios de distintos lugares de la provincia.

El fuego llegó a propagarse a un huerto próximo a la construcción, pero no ocasionó otros daños de relevancia. En las labores de extinción participaron medios humanos y equipos de los servicios forestales de la Xunta a y los grupos de emergencias supramunicipales (GES) de Ribadavia y Avión, cuyo concurso resultó determinante.

Un total de 23 brigadas acudieron al fuego más próximo a la capital

El incendio de Castro de Beiro, que comenzó durante la medianoche del lunes al martes, se mantenía activo al cierre de esta información, aunque sin las dimensiones ni la peligrosidad que mantuvo durante toda la jornada. Las labores de extinción concentraron brigadas de toda Galicia hasta un total de 23 y también medios de la administración central con el fin de reforzar el operativo. Formalmente se calificó el suceso en nivel de riesgo 2 al advertirse riesgo para viviendas. El control de las llamas se complicó por momentos, por lo que fue necesario hacer contrafuegos por la tarde. Los trabajos pusieron de manifiesto, por otra parte, la precariedad de medios con la que trabajan los servicios de extinción de la Xunta, hasta el punto de tener que retirar dos de camiones autobombas por avería. Denunció la CIG, en ese sentido, que proveedores y talleres se están negando a atender los arreglos de estos coches, por los retrasos de la administración autonómica a la hora de pagar.

Activo el incendio de Castro de Beiro, la Xunta daba a última como controlado el de Pereiro de Aguiar, en la parroquia de Vilariño, desde las cuatro de la tarde con una estimación de treinta hectáreas de superficie afectada.

Estabilizado también desde mediodía el suceso de Viana do Bolo, que afectó a unas doscientas hectáreas en Pradorramisquedo, dentro de una zona incluida en Red Natura de especial protección, el otro punto de preocupación de área protegida también quedó controlado. A las cinco de la tarde se cerró la intervención en el parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés, en Entrimo, con cincuenta hectáreas afectadas por las llamas.

Calvos de Randín

Sin datos oficiales de otro incendio que entró en Calvos de Randín desde Portugal, en la jornada de ayer se registraron también fuegos en el municipio de Vilamarín, en San Cristovo de Cea y también en el concello de A Peroxa siguieron haciendo daño las llamas en la parroquia de Vilarrubín, en una zona ya afectada días pasados.