Dijo a su mujer que le iba a arrancar los ojos y le rompió el móvil para que no pidiera ayuda

«El testimonio de la víctima ha sido claro, coherente, persistente y se ha visto corroborado por trascendentales datos objetivos de carácter periférico que respaldan la veracidad de los por ella declarado». Con este argumento ha condenado un juez a un maltratador a la pena de diez meses de cárcel, considerando probado que las agresiones y amenazas que su esposa denunció ante las autoridades son más creíbles que lo declarado por el acusado, que reconoció la existencia de discusiones de pareja, pero negó cualquier tipo de violencia.

Ello a pesar de que la víctima, con posterioridad a los hechos, solicitase en dos ocasiones el archivo del procedimiento, alegando que no quería perjudicar a su marido. Este hecho, que no impidió que la causa penal continuase, se toma en cuenta por parte del juez como una evidencia de que ella, cuando contó los hechos a las autoridades, no tenía intención alguna de perjudicarlo.

Así las cosas da por probado el togado que en la noche del 17 de agosto del 2019 Antonio G. O. y su pareja mantuvieron una discusión en una vía pública de O Carballiño. Más tarde, al llegar a casa, la discusión continuó, y durante ella el acusado forcejeó con la víctima, tirándole del pelo y golpeándole en la cara. Contó la víctima que el agresor la amenazó con «arrancarle los ojos», añadiendo que rompió una de las ventanas de la casa y que cuando ella intentó llamar a la Policía, él le quitó el móvil y lo rompió.

Por ello, se considera al acusado responsable de un delito de lesiones, en el que se aplica la circunstancia agravante de reincidencia, porque ya había sido condenado anteriormente. No podrá ver a la víctima, exige el juez, o comunicar con ella, durante tres años.

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