O Carballiño vincula el manjar del pulpo con sus restaurantes

LUIS M. RODRÍGUEZ / M. r. OURENSE/ LA VOZ

O CARBALLIÑO

Ambientación festiva de la plaza Mayor de Celanova, donde se suspendió la Ramallosa
Ambientación festiva de la plaza Mayor de Celanova, donde se suspendió la Ramallosa Teresa Cela

Celanova mantuvo el espíritu de la Ramallosa con la ambientación de calles pero sin la procesión de los faroles

04 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La singular Festa do Pulpo de O Carballiño fue una de las que se cayó del calendario por la crisis sanitaria del covid-19. Aún así, camino de ese segundo domingo de agosto siempre especial en la villa, unas jornadas gastronómicas mantienen vivo el culto a un manjar que se hace único por esos lares.

Los restaurantes del casco urbano ya presentaban ayer una animación notable, con menús propios de la celebración. Todo en medio de un programa que se irá animando hasta desembocar en el fin de semana, con más pulpeiros. Y no es la única fiesta que se echa de menos.

«Onde está a Ramallosa?», cantaba un cliente en una terraza de la celanovense Praza do Millo. Esa plaza, como otras calles del casco viejo de Celanova, eran la noche del primer sábado de agosto el epicentro de cada Ramallosa, la colorida fiesta de los farolillos que cada año atraía a más gente, grupos de jóvenes y pandillas de toda la vida que desfilaban por el pueblo con sus llamativos faroles. La animada procesión tuvo que suspenderse este año debido a la pandemia y el Concello de Celanova intentó mantener el «espíritu» de la fiesta con la decoración de las calles, el reparto de farolillos y pañoletas conmemorativas. Este año, el nuevo adorno textil fueron las mascarillas granates con el logotipo de la fiesta, creadas por dos comercios locales.

Y el espíritu se mantuvo, pero en un ámbito muy local y tranquilo. La plaza Mayor se iluminó con luz de farol, las calles se decoraron con banderitas y pañoletas y los locales y vecinos adornaron sus fachadas con los ramos y los faroles. El jueves se comunicarán los premios del concurso del Concello. La música de charanga también sonó, pero en lugar de arrastrar a la multitud bailando por las calles, lo hizo desde el escenario fijo del claustro barroco, con el público sentado con distancia para escuchar el programa especial de la agrupación BCB.