La carballiñesa Verónica Civeira es enfermera en el CHUO, superó el coronavirus y ahora luce encantada su camiseta de O'Ruán
11 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.«Me pareció la oportunidad perfecta para reconocer la labor de todos los sanitarios». Esto fue lo que pensó Óskar Ruán cuando uno de los distribuidores de sus tiendas de ropa y complementos para mujer, O´Ruán, le ofreció unas camisetas con dibujos plagados de significado actual. Desde una enfermera con corona y mascarilla puesta, hasta un supermán luciendo bata de hospital.
«Tengo muchos amigos que han estado estos meses en primera línea y quería poder demostrarles todo lo que ha significado su esfuerzo para nosotros. Qué mejor forma que poder hacerlo con un pequeño detalle desde mi propio negocio», admite este empresario de origen chino que lleva más de diez años viviendo en O Carballiño. Pero el detalle no quedó ahí. Lo primero que hizo Óskar al recibir el pedido fue llamar a Verónica Civeira, su amiga enfermera y vecina carballiñesa, para regalarle una de las camisetas. «Ella no solo luchó contra el coronavirus si no que además, a través de sus redes sociales, se esmeró por animar el confinamiento a todo el mundo, mostrando siempre una actitud positiva», afirma. «Me hizo muchísima ilusión, de verdad. Cuando vi la camiseta apenas supe qué decir. Es preciosa, mi nuevo uniforme fuera del trabajo», bromea Verónica. «Simboliza mucho para mí porque además no tenía por qué hacerlo, yo solo hice mi trabajo», continúa.
El estado de alarma pilló a Verónica trabajando en el CHUO. «Yo soy enfermera de atención primaria», afirma con orgullo. Después de trabajar toda su vida en el Centro de Salud de O Carballiño, ahora está en el hospital ourensano. En él colaboró con la puesta en marcha del servicio de seguimiento de pacientes de coronavirus con aislamiento domiciliario. «Fue muy bonito poder ayudar en una crisis como esta aunque lo que vivimos fue menos bueno», dice la enfermera. Ella misma fue una de las contagiadas. «Me aislé en casa durante más de un mes pero, por suerte, pude seguir trabajando desde allí», explica.
Verónica cuenta que su sintomatología fue muy variada aunque a todos los niveles fue leve. «Empecé con dolor de cabeza, tos y mucho cansancio. Luego perdí el olfato, tuve unos días de diarrea y al final me salió un sarpullido como de granitos en la cara. Lo bueno es que no tuve fiebre en ningún momento y eso influye mucho en el estado anímico», relata. Tras ella, y a pesar de su aislamiento en una habitación con baño, su marido dio positivo, aunque asintomático: «Fue increíble ver a nuestras mellizas de 11 años convertirse en nuestras cuidadoras particulares, sin tocarnos, apenas sin vernos».
Después de la tormenta, llegó la calma. Primero dio negativo su marido, semanas después Verónica. Y ahora les queda el tener presente lo vivido y la parte más dulce en su caso, con reconocimientos como el de Óskar. «En situaciones tan críticas, ves la esencia de la gente. Así como hubo personas que sacaron su parte mala, yo prefiero quedarme con la buena. Tengo una vecina que mientras estuvimos infectados nos preparó diría que todas las tartas que sabe hacer», afirma. «Esta camiseta es un regalo precioso que representa a la perfección cómo nos sentimos yo y todas mis compañeras», termina. Y admite que son varias las que se han acercado a O´Ruán a comprar la suya.