Iván Corral: «No subo al tren, soy algo cenizo»

O CARBALLIÑO

XOAN CARLOS GIL

El presidente de la Federación Gallega de Automovilismo, que opta a la española, es el más antiguo de todas las federaciones deportivas de España. Lleva en el cargo desde 1983

20 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay algo de lo que no carece Iván Corral (O Carballiño, 1951), es de entusiasmo. Ni de retórica. Por el altavoz del teléfono salen a borbotones ideas, proyectos, opiniones, anécdotas... Rápido, rápido, todo muy rápido. Y así desde 1983, cuando accedió al cargo. No hay un presidente de federación en España tan longevo como él.

-Muchos años en el automovilismo.

-Toda una vida. He sido piloto, organizador, bandera, comisario... Antes de ser cocinero fui pinche y pasé por todas las facetas de la cocina.

-¿Cómo se aficionó?

-Viendo un rali Rías Baixas en A Toxa, cuando duraban casi una semana. Aquello era impresionante, con equipos de toda Europa y un elenco maravilloso. Viendo el parque cerrado en el casino me entró el veneno de la gasolina y, hasta hoy. Ha sido una pasión total y he dedicado mi vida a compartirla.

-También desde la federación.

-Me presenté porque veía que no se hacían las cosas que había que hacer y lo llevé hasta las últimas consecuencias. Y he conseguido que el automovilismo de Galicia sea el mejor de la Península Ibérica. Mi única espina es el circuito de velocidad, que no conseguimos y que cada vez está más lejos.

-Y ahora va a por la federación española.

-Yo siempre dije que de Galicia no me movía y me han tentado en muchísimas ocasiones para ser presidente de la española. Siempre las desestimé. Ahora un grupo de empresarios se han comprometido para apoyarme con un presupuesto mayor y poder extrapolar el modelo de Galicia al resto de España. Estaría solo un mandato. Si gano me voy a dejar cuatro años de mi vida con la misma pasión, que he puesto aquí.

-Desde luego, en Galicia no falta afición.

-En Galicia hay más afición al automovilismo que al fútbol. Sobre todo ahora, cuando ni el Celta ni el Deportivo están respondiendo a las expectativas.

-¿De cual es usted?

-Yo soy deportivista de toda la vida. Y, desde luego, estamos casi de luto. Ojalá tuviese el fútbol gallego la misma buena salud que tiene el automovilismo.

-Tantos años en el cargo, habrá esquivado bastantes puñaladas.

-Pues sí. De índole político y otras más cercanas. A mi junta directiva le pongo el ejemplo de nuestro querido Jesucristo a quien su vicepresidente lo negó tres veces y su tesorero lo vendió por 30 denarios. Si eso le pasó a Jesucristo, que era Dios, ¡qué no me iba a pasar a mí en treinta años!

-¿Y nunca pensó que tal vez no valía la pena?

-Para mí, el automovilismo es una droga. Mi familia se va de vacaciones y yo me quedo aquí. No tengo vacaciones desde hace 20 años.

-Si gana las elecciones tendrá que viajar mucho a Madrid.

-En coche. Ahora todo el mundo va en AVE, pero a mí me encanta conducir. La carretera nos forma mucho, nos educa. En mi vida solo me he subido dos veces al tren. Las dos veces descarriló. Y en las dos ocasiones hubo muertos y a mí no me pasó nada. Así que creo que sería una temeridad que me subiera a un AVE. No subo al tren, soy algo cenizo.

-¿Qué tal tiene los puntos del carné, le ponen multas?

-Soy muy respetuoso, como no puede ser de otra manera. Lo que sí hago es poner el limitador a 140 en la autopista. Si te multan son cien euros, pagas cincuenta y es un peaje más. Lo tengo asumido.

-De pequeño jugaría con coches, claro.

-De aquella no había muchos regalos. Los coches me los hacía yo, con ladrillos o con maderas. Lo que sí recuerdo es una pasión enorme por jugar. Yo deseaba que llegaran las 11 para salir al recreo. Tenía pasión por disfrutar de la infancia.

-Defínase en pocas palabras.

-Soy una persona constante y trabajadora, amigo de mis amigos. Soy una persona de fiar.

-¿Qué aficiones tiene?

-Colecciono coches. Tengo 24, entre históricos y de competición. También me gusta leer. Todo el mundo debiera leer al menos un libro al mes.

-¿Y la cocina qué tal?

-Muy mal. No sé hacer ni un huevo frito. Y me encantaría, pero soy un manazas. Si algún defecto tengo es que, en la cocina, soy un elemento a expulsar.

-Si pudiera compartir una velada, a quién elegiría de estos cuatro: Fangio, Schumacher, Senna o Alonso?

-A Fangio. Hablé con él un par de veces, una de ellas en el Jarama. Era una persona próxima que se construía sus propios carros, como los llamaba él. De aquellas, los frenos eran malos, todo era malo. Eran coches que solo tenían potencia y Fangio llegó a lo más alto sin matarse.

-Dígame una canción.

-La hiedra, de Los Panchos. La tengo grabada en más de 60 versiones. Una de Pucho Boedo. Coincidimos hace muchos años en Mallorca, en un restaurante y le pedí que me la grabara en un magnetofón. Le he pasado esa grabación a mucha gente.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-La familia.