Más de cien mayores disfrutan durante estos días del programa Xuntos polo Nadal en O Carballiño
26 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Genaro Rodríguez contesta que el truco está en comer bien cuando le preguntan cuál es el secreto para llevar los casi ochenta años que tiene y que pesen lo menos posible. «Eu son de Vigo pero este ano quixen vir para distraerme un pouco. A miña señora iba vir tamén, pero caeu fai uns días e quedou na casa coa nosa filla», explica instantes antes de que los llamen a comer. «Tampouco pasa nada porque ela é máis de estar na casa e a min gústame bailar. E se hai que cantar se canta tamén», cuenta con una sonrisa amplia cuando le dicen que uno de estos días habrá karaoke.
En su caso, es la segunda vez que participa en el programa Xuntos polo Nadal que organiza la Consellería de Política Social para personas mayores de sesenta años que estén empadronadas en concellos gallegos. «Estiven fai doce anos pero mudou moito isto. Agora, por exemplo, teñen duchas en vez de bañeiras e é moito máis sinxelo asearse. Tamén podo durmir só nunha habitación mentres que antes era obrigatorio compartir e eu teño problemas para conciliar o sono así que desvélome se hai ruídos», confiesa sobre la evolución de la Residencia de Tiempo Libre de O Carballiño que estos días acoge una especie de campamento para la tercera edad.
Algunos de los participantes tienen hijos pero están lejos y este año no pueden venir a pasar estas fechas con ellos. Otros perdieron a su compañero de vida hace tiempo y la casa se les hace insoportable estos días. Los hay también que están casados pero no tienen hijos ni compromisos que atender en Navidad y quieren pasárselo bien. Los motivos que llevan a los solicitantes del programa son diversos, pero el objetivo es el mismo: no estar solos. «Muchos ya han venido otros años y se conocen. Así que ya tienen una piña montada y se lo pasan en grande», cuenta Juanjo del Río. Él y Miguel Maciel son dos de los cuatro monitores que hasta el próximo 7 de enero estarán con los cerca de 130 jubilados en la residencia. «En Nochebuena y Nochevieja viene un pinchadiscos que les pone música pero el resto de días también lo hacemos nosotros,», añade.
Por las mañanas hacen gimnasia y dan un paseo y después de comer pasan las tardes entre el bingo, talleres o campeonatos de tute. Los monitores están con ellos las 24 horas del día y además hay personal de enfermería, cocina y recepción que les facilitan el descanso y la diversión.
Raquel Dorsión ya conocía O Carballiño por haber participado hace tres navidades en el programa y por ser asidua a las aguas de balneario. «Yo vengo con mi marido -relata mientras agita el cubilete con el que juega al parchís- porque no tenemos mucha familia aquí y podemos descansar. Además estamos contentos porque toda la gente es magnífica». Ella y su marido vienen de Marín (Pontevedra) en el autobús que pone la Xunta para el traslado. Y es que estos días en la villa del Arenteiro se reúnen personas de Lugo y Pontevedra, mientras que los mayores de sesenta años de Ourense y A Coruña lo hacen en la Residencia de Tiempo Libre de Panxón (Nigrán). «Jugamos a la brisca, al chinchón, al tute, a la oca... ¡Y también hicimos cosas manuales de decoración que menudo trabajo nos dieron y qué bien quedaron!», relata presumida.
«Quien te diga que se lo pasa mal aquí o miente o es porque quiere», añade Filomena Fernández mientras mueve una de sus fichas por el tablero. «Lo pasamos de maravilla, lo malo es que en Ourense hace mucho frío. Y yo soy de Vigo y no estoy acostumbrada», finaliza instantes antes de que las avisen de que la comida de Navidad ya está lista.