«Cuando yo me colegié, en 1983, en Ourense solo había cinco abogadas»

Marta Vázquez Fernández
marta Vázquez OURENSE / LA VOZ

O CARBALLIÑO

MIGUEL VILLAR

La abogada y presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias, Marisol Nóvoa, lamenta que las mujeres sigan discriminadas en los altos puestos

04 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A nadie extraña en nuestros días que una mujer estudie Derecho y se convierta en abogada pero cuando Marisol Nóvoa decidió dedicarse a esta profesión, no era lo habitual. Hoy es la segunda abogada más veterana ejerciendo en la provincia de Ourense, lo que la convierte en una pionera en abrir camino para las profesionales de su género en un mundo que, hace cuatro décadas, era exclusivo de los hombres: el de la justicia.

En realidad, las complicaciones existían para ellas en todos los niveles de estudio y esta circunstancia obligó a Marisol a dejar O Carballiño cuando tenía 14 años. «En aquella época allí no había ningún colegio que impartiera quinto y sexto de bachiller para mujeres, así que me marché a Ourense, a estudiar en Franciscanas». También tuvo que dejar este centro y cambiarse a Salesianos porque era de los pocos centros que admitían a mujeres para hacer COU. Ella tenía claro que quería estudiar una carrera y, al finalizar el curso de orientación universitaria, decidió matricularse en Derecho, aunque no era inicialmente su primera opción. «En realidad nunca tuve intención de hacer Derecho, lo que me gustaba era Psicología, pero por una serie de circunstancias y por salidas profesionales decidí dedicarme a las leyes, y la verdad es que ahora, paradójicamente, ejerzo de abogada y de psicóloga, porque cuando te involucras en los problemas de los clientes al final acabas siendo un confesor y consejero; así que estoy haciendo las dos cosas que me gustan», asegura.

Tras formar parte de la promoción del 76-81 en la facultad de Derecho de Santiago de Compostela, Marisol comenzó a trabajar como pasante en el despacho de un abogado ourensano. Dos años más tarde se colegió. «Era 1983 y en la provincia de Ourense solo había cinco abogadas», recuerda, asegurando que a muchos clientes les chocaba la novedad. «Se les hacía raro, les chocaba que fueses una mujer abogada, e incluso después de colegiarme muchos me tomaban por la secretaria del bufete».

Y no es que hubiese pocas letradas, es que entonces también era raro que hubiese juezas o fiscalas. «Todo eso ha cambiado mucho. Ahora las mujeres somos el 52 % de los miembros de la carrera judicial, pero todavía seguimos discriminadas», advierte. Y lo explica. «Estamos poco representadas en los altos puestos de la judicatura, especialmente en el Tribunal Supremo, donde de 77 miembros solo hay 11 mujeres», lamenta. La situación, continúa, se extiende a nivel provincial, ya que solo hay 8 togadas presidiendo sala en las 50 audiencias provinciales que hay en España. «En la foto de apertura del año judicial nunca aparece ninguna mujer, pienso que aún tendrán que pasar algunos años hasta que esto cambie», afirma.

Con 38 años de ejercicio a sus espaldas y despacho propio en la ciudad de As Burgas, Marisol reconoce que dedica muchas horas diarias a su profesión. Además, desde hace algo más de dos años compagina su trabajo con la presidencia en la Asociación de Mujeres Empresarias, AME, de la que antes había sido vicepresidenta. «Hace tres años, tras fallecer la presidenta, había que convocar elecciones y nadie quería presentarse, así que decidí asumir yo el puesto, porque no quería que la asociación no siguiese adelante». La entidad tiene 130 asociadas, con una fuerte presencia de empresarias del sector del comercio, pero también profesionales como abogadas, economistas, procuradoras, arquitectas o farmacéuticas. «En el sector de las farmacias hay mucha presencia femenina. Un informe de hace unos años aseguraba que de 562 farmacias que había en la provincia de Ourense, 428 eran de mujeres», afirma Marisol. Con todo, la presidenta de las empresarias reconoce que para ellas es más difícil asumir la dirección de un negocio, por la razón de siempre. «En algún momento surge el tema de la conciliación familiar y los horarios de los autónomos, que en realidad no los tienen. Eso es un tema complicado para el que aún no hay soluciones eficaces», dice.

«En la Justicia hacen falta más medios y también más personal»

Después de varias décadas ejerciendo como abogada independiente, asumiendo temas tanto de índole civil como penal, Marisol Nóvoa asegura que en Justicia las cosas van demasiado lentas, y eso es algo que no resulta fácil hacerle entender a un cliente, que siente que su problema debe tener la máxima prioridad. «La gente no lo comprende y a veces piensa que le estás engañando», reconoce.

Con la amenaza en ciernes de una huelga de los funcionarios del sector de la justicia de carácter indefinido, la profesional asegura que es prioritario que haya más y mejores medios, para poder así dar una respuesta más ágil a los ciudadanos. «Hoy por hoy no hay medios suficientes ni una infraestructura adecuada, y además creo que falta mucho personal, tanto en judicatura, como entre los fiscales y funcionarios», explica. Asegura que «ojalá» fuesen los mismos que, por ejemplo, tiene Hacienda. «Allí como se recauda la infraestructura es una pasada, pero eso en justicia no ocurre», lamenta la abogada.