La sequía obliga a concellos de Ourense y Pontevedra a abastecerse con cisternas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

O CARBALLIÑO

emilio moldes

Los excesos en el consumo del agua y el aumento de las poblaciones agravan la situación

24 ago 2017 . Actualizado a las 19:11 h.

Las consecuencias de la sequía son cada vez más visibles a medida que avanza el verano. Y son ya muchos los concellos gallegos seriamente preocupados por la situación y que han decidido aplicar medidas de emergencia como el transporte de agua con camiones cisterna. La mayoría se encuentra en Pontevedra y Ourense, aunque también en Lugo y A Coruña hay municipios con problemas. Además de tener que abastecerse con cisternas, también se dan otro tipo de medidas como cortes y topes en el consumo.

Ourense es una de las provincias más castigadas, sobre todo, en la zona más oriental. Pero en el occidente ourensano el panorama tampoco es mucho mejor. El río Arenteiro, que surte a poblaciones como O Carballiño y Maside, muestra una imagen paupérrima en cuanto al caudal. O Carballiño lleva meses advirtiendo con bandos a los vecinos de la necesidad de ahorrar agua, pero aún no ha tenido que hacer cortes. En Maside, sin embargo, esa realidad puede hacerse patente en cualquier momento. El consumo disparado del último fin de semana -se utilizó un caudal similar al necesario para una población de 12.000 habitantes cuando el núcleo tiene apenas 3.000- obligó a su alcalde a hacer un llamamiento a la solidaridad y a advertir de que los cortes son inminentes.

En la capital de O Ribeiro también han tenido que repetir las advertencias a los vecinos y el Concello ha anunciado que está buscando alternativas para la limpieza de las calles el próximo domingo, día posterior a la Festa da Istoria de Ribadavia. El municipio capta agua del arroyo Maquiáns, que a duras penas está aguantando. De hecho, ha comenzado a bombear de pozos de la zona. Se están solicitando permisos para captar el agua en algún otro municipio y transportarla en camiones para ese baldeo.

En Chandrexa de Queixa tienen problemas en el pueblo de A Garduñeira, al que el Concello abastece con un camión cuando así se lo piden los vecinos. En el núcleo urbano de Celeiros han optado por cerrar el abastecimiento de noche, para garantizarlo durante el día.

Manantiales agotados

En Trives también tienen que abastecer a varios pueblos, que han agotado las reservas de sus manantiales. En Castro Caldelas la situación de sequía afecta especialmente a los pueblos que tienen abastecimiento propio. Alais, Casasoá, Vilamaior y O Burgo han precisado que el Concello lleve camiones con agua. «Nos municipais estamos facendo restriccións, de pechar pola noite e abrir á mañá», explica la alcaldesa, Sara Inés Vega. Apunta que en el casco urbano aún no ha sido necesario hacer cortes, «pero en breve pode ser».

A varios pueblos de Celanova, San Xoán de Río y Lobeira también hubo necesidad de transportar el agua. En Vilardevós, los lugareños tuvieron el pasado domingo unas fiestas patronales atípicas. Hubo que cortar el suministro de agua durante varias horas y llenar el depósito municipal con una cisterna.

Estado del río Támega a su paso por Vilaza
Estado del río Támega a su paso por Vilaza Álvaro Vaquero

En Verín, el alcalde, Gerardo Seoane, expuso que el elevado consumo por la gran afluencia de visitantes está dejando casi sin caudal el río Támega. De ahí que el Concello esté buscando agua a escasos metros de la ribera para crear nuevos pozos de captación para la traída.

Vilagarcía abastece a Portas

Los llamamientos a moderar el consumo también son unánimes en la provincia de Pontevedra. La situación más drástica se vive en Portas. Las bombas de la depuradora dejaron de funcionar por el bajo nivel del Umia y es el municipio de Vilagarcía el que abastece a Portas a través de camiones cisterna. En Vilaboa también hubo problemas tanto con la traída municipal como con las vecinales y se necesitaron camiones cisterna para abastecer lugares como la playa de Deilán. Además, en todas las aldeas hay topes de consumo. En Ponte Caldelas hay cortes nocturnos y también hubo que llevar a agua en cisternas a Silvoso.

En Marín, el Concello utiliza cisternas desde el lunes para llenar el depósito de Cadrelo (San Tomé) para abastecer a los núcleos rurales de las zonas altas. Este depósito solo se abastece de agua de manantiales municipales y las minas están secas.

En el municipio lucense de Pol también tienen que usar camiones cisterna para abastecer al barrio de Susá, en la parroquia de Valonga, y en Caraño. Y en Guitiriz hay preocupación por el bajo nivel del río Parga. También hay problemas esporádicos en Xermade.

Mientras, el concello coruñés de Porto do Son ha cortado el agua de las duchas de las playas y está trabajando en la elaboración de un proyecto que le permita sacar agua del río Ulla. En Rianxo y en Boiro están afectadas las traídas de aguas vecinales, donde ya hay restricciones en el consumo.

Traídas vecinales en mínimos históricos

La asociación de traídas de agua Coxapo, que aglutina a casi 77.000 socios de Pontevedra, A Coruña y Ourense, reconoce que hay zonas «tremendamente sensibles» y que los manantiales alcanzarán en unos días los mínimos históricos de los que hay referencias, que se remontan al verano del 2005.

«Hay problemas en Vilaboa, en la zona alta de O Morrazo, en Tomiño, en Tui, en Ponteareas, en Salceda... Y en Ourense, en las partes altas hay niveles muy bajos», asegura Rafael Carrera, presidente de la entidad, que tiene el convencimiento de que la situación no va a mejorar a corto plazo: «Septiembre o seca fuentes o tira puentes y pensamos que este año más bien seguirá secando fuentes», indica.

Muchas de las comunidades de agua integradas en Coxapo llevan desde el pasado mes de junio con los planes de emergencia activados porque ya entonces los manantiales de Pontevedra y Ourense estaban al límite. Correa explica que los principales problemas se encuentran en aquellas comunidades que no realizaron nuevas captaciones en el 2005. Las que sí lo hicieron funcionan con normalidad.

El alcalde de Trasmiras, Emilio José Pazos Ojea, junto al depósito de agua, en una foto de archivo
El alcalde de Trasmiras, Emilio José Pazos Ojea, junto al depósito de agua, en una foto de archivo Santi M. Amil

«Algunos derrochan agua y secan el depósito»

La situación en la comarca de A Limia ha derivado en la decisión de cambiar la normativa municipal sobre el suministro

S. Martinez

La escasez de agua en las traídas municipales ha sido especialmente intensa durante los últimos días en la comarca de A Limia. En Trasmiras hubo dos cortes en las pasadas semanas. Uno estuvo motivado por una avería en la red de tuberías; el otro, porque el depósito se quedó sin agua. El regidor municipal, Emilio José Pazos Ojea, lo tiene muy claro. «El tanque tiene una capacidad suficiente para los 1.500 habitantes del municipio, con 500 metros cúbicos. Pero se han verificado consumos por encima de los 750 durante algunas jornadas. Sobre todo a partir de las siete de la tarde», asegura.

La situación ha derivado en la decisión de cambiar la normativa municipal sobre el suministro. «El recibo del agua ronda solo los tres euros al mes para un consumo doméstico tipo, pero es trimestral. Lo que sucede estos días es que algunas personas abusan y tienen un consumo disparatado porque están solo unos días o algunas semanas. Riegan o llenan las piscinas», expone. Y añade: «Al ser un tributo trimestral y no mensual, al final no pagan más. Eso deriva en que algunos derrochan el líquido descaradamente y dejan sin agua a los demás». A partir del año que viene se cobrará cada 30 días en julio, agosto y septiembre.

El caso de Trasmiras es paradigmático en puntos del rural ourensano. El coste del agua es casi irrisorio, pero aún así muchos residentes no son conscientes de que se trata de un bien cada vez más escaso. «Hasta hace no muchos años los contadores ni funcionaban y las traídas y acometidas se hacían, en ocasiones, de forma no regular. Ahora hemos reformado todo el sistema, pero no vamos a tolerar que algunos gasten el agua de todo un pueblo por capricho», sentencia el regidor.

Con información de M. Gago, M. Cobas, F. Ulloa, M. Hermida, S. Garrido, O. Arca, A. Parada, J. M. Palacios y S. Acosta