El plante del PP y la balada del maletín

José Manuel Rubín SIETE DÍAS, SIETE VOCES

O CARBALLIÑO

09 feb 2015 . Actualizado a las 21:05 h.

Esta crónica nació para resumir la actualidad de siete días de la semana ourensana recogida en siete ejemplares de La Voz. Los éxitos y los fracasos. Las promesas y las realidades. Las luchas y los renuncios. El latir rural y el urbano. Las metas conquistadas y las que quedan en el camino. En los últimos tiempos es imposible reflejar la pluralidad de acontecimientos que ocurren en una provincia de 92 concellos. El hedor insoportable que exhala la Consistorial de la capital impide percibir los perfumes de otros lugares. Al cronista le gustaría ponderar, por ejemplo, que el paro descendió el año pasado (bien es verdad que en enero repuntó en 800 personas) en el 94% de los concellos, o que el 2014 dejó 1.200 empleos nuevos en la capital, o que 7.579 vecinos se han beneficiado del sistema de acceso inmediato al tratamiento del cáncer, o que la criminalidad bajó situándose en 25 delitos por mil habitantes o, en fin, que esa señora del teatro que fue Loly Buján bajó el telón. Pero las turbulencias finales de una nefasta corporación capitalina me obligan a reflejar lo acontecido en el pleno del viernes. Superó sesiones anteriores en las que términos como «gusano», «alimañas», «terroristas», «babosos», etcétera, retrataron la calidad argumental de los ediles. En esta ocasión fue el PP el que entró a la tibia franela del líder de Democracia Ourensana. Gonzalo Jácome llamó «pato cojo» a Rosendo Fernández (utilizando la jerga americana que tilda así a los políticos que no repiten mandato) y «enchufada» a la edila Beatriz Tejada. La reacción de los populares no fue explicar las razones por las que el PP defenestra a su portavoz o el sistema de acceso a la Tecnópole de la concejala. Fueron a lo personal y le llamaron a Jácome «loco, enfermo, retrasado mental?» que es como decirle hipertenso, bulímico o diabético. ¿Qué tienen que ver estos términos con la política? ¿Por qué el PP, que es el agresor dialéctico, abandona el pleno en tres ocasiones cuando se discutían asuntos (entre ellos construir una escalera mecánica para acceder a la Cruz Alta o rebajar el 25% el impuesto de vehículos), de interés para Ourense? Este es el PP que hereda Jesús Vázquez, un caballero al que no imagino liderando unas huestes que dejan sus responsabilidades, por las que cobran, para dedicarse al bochornoso ejercicio del insulto personal al rival, rijoso y mordaz, de las críticas incómodas.

 

La frase Es de Pachi Vázquez: «Teño aquí o maletín coas probas dos contratos que me imputan». No la expresó en sede judicial. Se la dijo a Fernanda Tabarés en el programa Vía V de V Televisión respecto a su procesamiento por el TSXG por enchufar a 36 personas cuando era alcalde de O Carballiño. En feliz descripción del periodista Xosé M. Rodríguez ayer en La Voz, Pachi Vázquez «pasa por xornais, radios, televisións e onde cumpra para amosar as súas dotes artísticas. O seu último éxito ten un título abraiante: A balada do maletín». Los acordes de la balada suenan a huida hacia adelante a la espera de que fiscales y jueces descifren las fusas y corcheas ocultas en un maletín que, seguro, acumula tanta historia, y tan interesante, como la del político que lo porta.

 

Carta abierta a José Ángel Vázquez Barquero

Te escribo con retraso, estimado candidato del PSOE a la alcaldía de Ourense. Esta misiva tendría que rubricarla dos meses atrás cuando, para mí inesperadamente, le diste la puntilla a Pachi Vázquez en unas primarias que fueron ejemplo democrático a la vista del sistema de otros partidos para colocar aspirantes al margen de sus bases. Lo hago ahora a la luz de tu afirmación («haré lo que el partido me diga») sobre un posible pacto con el PP tras las elecciones de mayo. Y la frase, que en otras bocas, y en otros contextos, me pareció ejemplo de sumisión (¿recuerdas aquella de Baltar, «haré lo que diga mi padre»?), en la tuya la veo de coherencia. No engañas a nadie. Sin esas siglas no estarías en la parrilla de salida. A ellas te debes y por ellas te votarán. Bienvenido sea a esta fauna de bocas tronadas (¡qué enésima vergüenza el último pleno!) tu espíritu de mano tendida que expresaste en La Voz: «No voy a mirar por el retrovisor. Voy a mirar hacia adelante». Gran lección de sabiduría. Sabes, como el clásico, que la felicidad siempre está en el futuro y que en el pasado tan solo anida la nostalgia. Que el mañana te sea propicio y ojalá (dicho sea con escepticismo) no abandones la moderación y buenas formas que te han distinguido (con contadas excepciones), en medio de la marabunta en la que te mueves en el Consistorio.