Allariz se rinde a Xan de Arzúa

Y al séptimo día, la provincia se fue de fiesta. El buen tiempo y la variedad de citas lúdicas y gastronómicas que se desarrollaron en la provincia permitieron a los ourensanos dejar a un lado la crispación política y los avatares diarios. Por eso, fueron muchos los ourensanos que pasaron el primer domingo de junio rindiendo homenaje a la figura de Xan de Arzúa en Allariz, degustando el peixe pescado el día anterior en Bande, reivindicando el papel de las parroquias en O Carballiño o recordando los juegos populares que marcaron la infancia de los abuelos del barrio de la Inmaculada, aquí en la capital. Festa do Boi Allariz retrocedió ayer más que nunca al comienzo de todo: el año 1317. Una representación simbólica recogió lo que sucedió en la villa hace 690 años cuando el hidalgo Xan de Arzúa y el venerado boi espantaron a los judíos que increpaban durante la procesión en el día del Corpus. Se escenificó la lucha dialéctica entre los cuatro párrocos de la villa medieval por dirigir las procesión, los cristianos mostraron sus picores por las hormigas que se supone echaron los judíos en el templo. Todo presidido por la comitiva gremial. La recreación, que se inició en la praza do Eiró para finalizar en la praza Maior, dio paso a una comida medieval que se desarrolló en el Arnado y en la que participaron los gremios y los visitantes ataviados con el traje medieval. La jornada de exaltación y recuerdo a la figura de Xan de Arzúa finalizó con la carrera medieval do boi (de cuyos incidentes se informa en la página 8 de este diario), y que reunió a miles de visitantes en el casco histórico alaricano. La carrera medieval cerró el primer fin de semana del Boi que, sin embargo, seguirá mandando en las calles de la villa hasta el próximo domingo. El ya mítico «Aí vén o boi» que corean los participantes en las carreras seguirá retumbando sin cesar hasta entonces. Festa do peixe En Bande, por unos días, no quieren saber nada de la carne, porque este fin de semana los alimentos llegan del agua. Ayer se dieron un buen atracón los que se acercaron a la praza da Constitución de Bande y fueron alternando por cada una de las siete carpas que ofrecen pinchos originales y genuinos. Los visitantes dieron buena cuenta, a dos piezas por cabeza, de los cerca de treinta kilos que se pescaron ayer en el campeonato provincial de pesca (cerca de uno por participante ya que compitieron treinta) y que se acompañaron de empanadas y pan de millo. Festa das parroquias Menos ligero pero igual de apetecible fue el menú escogido en O Carballiño para celebrar la decimoquinta edición de la Festa das parroquias, organizada en esta ocasión por la de Carballiño, que tomó el relevo de la de San Miguel de Piteira. El escenario, y a modo casi de ensayo general, fue el mismo en el que se celebra la Festa do pulpo. Además del mencionado molusco, acompañado de empanada y carne ó caldeiro, hubo conciertos y actividades lúdicas en una celebración que nació para unir a los vecinos de las diferentes parroquias del Concello de O Carballiño. Juegos populares Quién no recuerda los juegos de la infancia. Aquellos con los que las tardes de los veranos se hacían más amenas. Ahora en la época de las consolas, los vecinos del barrio de Pena-Redonda optaron por regresar a los orígenes y revivir su infancia. Así, se unieron los jóvenes y los mayores en el patio del colegio de la Inmaculada para recordar, en la decimoquinta edición de los juegos populares de esta barriada, los pasatiempos con los que disfrutaban en su infancia. Todos juntos disfrutaron jugando de nuevo a la rana, «á chave», a la billarda, a los bolos, a los sacos, a los diábolos y a las pedaletas, entre otros muchos que fueron surgiendo a lo largo de una tarde de lo más entretenida para todos. Los juegos populares desarrollados en este barrio de la capital estuvieron organizados por la Asociación Cultural Pena-Redonda.

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