Homenaje a la cocinera escolar que logró que los niños pidiesen lentejas

O BARCO DE VALDEORRAS














La Festa do Botelo de O Barco estrecha lazos con la del butelo de Bragança en su 21 edición
04 mar 2023 . Actualizado a las 20:47 h.O Barco de Valdeorras celebró por todo lo alto su cita con el botelo. Una fiesta que cumplía 21 ediciones —serían dos más de no mediar el covid— y que ya es todo un referente para los amantes de la buena mesa y de uno de los productos más singulares de la gastronomía ourensana. El éxito estuvo asegurado desde el mismo día en que se pusieron a la venta las entradas, que se agotaron en pocos minutos. El pabellón de Calabagueiros se llenó para dar buena cuenta de los 850 kilos de este embutido que iba acompañado de otros 160 de chorizos, media tonelada de verdura y otro tanto de patatas. Un equipo bien adiestrado de 60 personas, entre cocineras, pinches y camareros, se encargaron de la preparación y de servir las viandas delante de los casi 1.350 comensales en poco más de quince minutos.
Pero la comida, a la que siguieron la animación musical y los cantos de taberna, fue solo el colofón de una jornada marcada por el homenaje que se rindió a Adela Pombo. Ella, tal y como se recordó en el acto, fue mucho más que la persona que estuvo al frente de los fogones del colegio Condesa de Fenosa durante 37 años y que dio más de cuatro millones de comidas. Puede presumir de haber criado a varias generaciones de barquenses de forma muy saludable. Porque Adela siempre fue de guisos y puchero, como recordaron los testimonios que se escucharon al inicio del homenaje y que contaron, entre otras anécdotas, que el cole olía a comida rica ya por la mañana. Sus lentejas eran legendarias. «Había algúns que repetían ata tres e catro veces», reconocía ella misma ayer. «Aínda hoxe me paran persoas adultas, das que eu xa non me acordo, para contarme o ben que lle sabían», contaba algo sorprendida por ese éxito. El caso es que Adela no perdió mano con los años. A los últimos alumnos para los que cocinó debían de saberle también a gloria sus platos a tenor de los mensajes que dejaron escritos en un cuaderno que le entregaron en su jubilación y en el que muchos se dirigían a ella pidiéndole que se quedase.
La protagonista no pudo contener la emoción y las lágrimas en varios momentos del acto y fue muy breve en su intervención. «Estou moi agradecida polo ben que me trataron, e moi contenta de que pensaran en min, aínda que teño que recoñecer que ao primeiro non quería», dijo tras recibir la estatuilla de la boteleira, diseñada por Roi Domínguez. Se la entregaron entre la concejala Margarida Pizcueta y el regidor, Alfredo García quien, por cierto, aprovechaba el acto para presentar a los representantes de la Confradía do Butelo e da Cansula, procedentes de Bragança, como invitados especiales de la fiesta. «Nas terras de Tras os Montes faise tamén este embutido e ademais seguindo practicamente as mesmas normas», contó García a sus vecinos antes de anunciarles que ambas zonas, la portuguesa y la valdeorresa, están empezando a trabajar para promocionar juntas los productos y sus respectivas fiestas gastronómicas.
El broche lo puso el actor y monologuista Federico Pérez, que hizo reír a carcajadas al público con su pregón en el Teatro Lauro Olmo. Desde allí, la comitiva, acompañada por los grupos Macizas Centrais, Albertal y Os do Venres, se desplazó hasta el pabellón donde ya estaba todo preparado para empezar a disfrutar de la cita gastronómica.