Una gamberrada obliga a desalojar una plaza y varios bares en O Barco

María Cobas Vázquez
MAría Cobas O BARCO

O BARCO DE VALDEORRAS

La hostelera Teresa Herrero señala la caja que fue saboteada en O Barco, que provocó una fuga de gas
La hostelera Teresa Herrero señala la caja que fue saboteada en O Barco, que provocó una fuga de gas Lolita Vázquez

Alguien abrió la llave de paso del gas que hay en la Casa Grande de Viloira

28 oct 2019 . Actualizado a las 16:56 h.

Una gamberrada obligó a desalojar a más de un centenar de personas que disfrutaban de las últimas horas de la tarde del domingo en la plaza Otero Pedrayo en O Barco. Autores desconocidos (aunque algunas voces apuntan a un grupo de unos 50 adolescentes de entre 14 y 15 años que estaban jugando por la plaza) forzaron la puerta de la caja de metal que cubre la llave de paso del gas y abrieron la llave, provocando un escape. Los vecinos alertaron del fuerte olor a gas y hasta la plaza de Viloira se desplazaron los bomberos del parque comarcal de Valdeorras (situado en A Rúa), el GES barquense y la Policía Local. 

Una vez cerrada la llave del gas, los técnicos de la empresa comprobaron que no había más escapes por el suelo y que no se había producido una fuga hacia el cuarto de calderas de la Casa Grande de Viloira, situada justo detrás de la pared donde está la llave de paso. Mientras, y alrededor de una hora, más de un centenar de personas fueron desalojadas. Además, se cortó la circulación en las calles más cercanas a la plaza. «Primeiro sacáronnos da praza, pero despois mandáronnos máis lonxe, ao final de Viloira», explica Teresa Herrero, del bar O'Isla y una de las personas que estaba ayer sobre las ocho de la tarde en la plaza. Dice que todo fue una gamberrada y se quedó en un susto, pero la situación podría haber sido mucho peor si durante el tiempo que estuvo abierto el gas hubiese pasado alguien fumando. «O problema sería se tivera pasado alguén cun cigarro, e despois había moito medo porque houbera un chispazo na sala de caldeiras da Casa Grande e fixera explosión», relata Herrero. De hecho, los bomberos se desplazaron con el camión autoescalera por si en algún momento se producía una explosión y tenían que sofocar un incendio en alguno de los edificios de la zona.

Dice Herrero que el olor a gas «era imposible» y que afectó no solo a la plaza, sino también a las calles de alrededor, «cara a igrexa». Tuvo que pasar más de una hora para que los vecinos desalojados pudiesen volver a sus casas y sus negocios. Y quedó reabierta la plaza.

La Policía Local investiga lo ocurrido para dar con los autores de la gamberrada.