Un exgestor bancario de O Barco admite que estafó 1,6 millones de euros a más de veinte clientes

M. V. LA VOZ / OURENSE

O BARCO DE VALDEORRAS

MIGUEL VILLAR

Aceptó una pena de dos años de cárcel e indemnizará al banco

21 jun 2019 . Actualizado a las 08:05 h.

Un procedimiento judicial que se ha tramitado durante cinco años por unos hechos delictivos que se prolongaron a lo largo de casi dos décadas se zanjó este jueves en la Audiencia provincial de Ourense con una vista que apenas si duró cinco minutos. El tiempo suficiente para que Evaristo G. O., un exgestor de clientes de banca que trabajaba en O Barco de Valdeorras, reconociera haber manipulado las cuentas de 24 clientes de su oficina para quedarse con su dinero, hasta causar un perjuicio económico que superó el millón de euros. Por esa conducta, calificada como un delito continuado de apropiación indebida en concurso con otro de falsedad en documento mercantil, el imputado tendrá cumplir dos años de prisión, teniendo además que indemnizar al Banco de Santander con el total de 1,6 millones.

Se zanja así judicialmente un asunto que saltó a la luz pública en el año 2014, tras la denuncia de un cliente afectado, pero según ha quedado probado el acusado llevaba años haciendo maniobras ilícitas para sustraer en su propio beneficio diversas cantidades económicas de las cuentas de los particulares.

Todo arrancó en el año 1997, cuando Evaristo empezó a trabajar en la oficina de Banesto ubicada en la localidad de O Barco de Valdeorras. Por tratarse de una oficina pequeña y con pocos clientes, el acusado «tenía un conocimiento completo de toda la operativa del banco, así como del contenido de las cuentas de los clientes de la entidad», asegura el fiscal en su escrito, que se ha dado por probado. De esta forma, aprovechando toda esa información a su alcance, hasta el mes de abril del 2014 el acusado realizó «multitud de operaciones fraudulentas para enriquecerse, perjudicando tanto al banco como a clientes». Y no solo sustrajo dinero en efectivo de las cuentas de los particulares, hasta 158.000 euros, sino que además ideó un sistema para detraer cantidades de los depósitos a plazo fijo, así como de los fondos de inversión. «Para disponer de los fondos canceló imposiciones a plazo fijo y reembolsó fondos y seguros de inversión, suplantando la firma de los verdaderos titulares, dando apariencia de autenticidad al simular las mismas en la documentación», explica el fiscal, quien también recoge que para que los clientes no se enteraran de que les faltaba dinero, hacía anotaciones falsas en las libertas, con saldos distintos a los reales o incluso modificaba el domicilio de correspondencia en la base de datos, para que no recibieran la información de movimientos. Tras destaparse la estafa el banco tuvo que devolver el dinero a los afectados. El acusado reconoció los hechos casi desde el primer momento, mediante cartas manuscritas y luego en sede judicial.