«Incluso egoístamente nos interesa que vengan los inmigrantes»

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

O BARCO DE VALDEORRAS

LOLITA VAZQUEZ

El presidente de la asamblea de Cruz Roja en Valdeorras, Maximino Alonso, dice que ayudar a los necesitados responde a razones humanitarias, y que también nos beneficia a todos

26 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La relación de Maximino Alonso (Puente de Domingo Flórez, 1954) con Cruz Roja viene de lejos. En 1982 fue secretario local de la agrupación de su localidad natal, en el Bierzo, y después siguió como socio hasta que en 2012 le propusieron ponerse al frente de la asamblea comarcal de Valdeorras, donde vive desde hace más de tres décadas. Seis años después, no oculta el orgullo por el trabajo hecho en este tiempo. Habla del crecimiento del número de usuarios y también de la puesta en marcha de numerosos proyectos.

-¿Tanto ha cambiado Cruz Roja?

-En 2017 atendimos a 3.201 personas. El presupuesto cuando yo llegué era de 23.000 euros, el del año pasado fue de 319.000 euros, y el que aprobamos para 2018 es de 372.000; y el próximo superaremos los 400.000 euros. Había en 2012 una trabajadora a jornada completa, y otra a media jornada. Hoy son 8. En este tiempo pusimos en marcha proyectos tan importantes como el plan de empleo, en el que hemos insertado laboralmente a 150 personas y hemos dado cursos de formación a más de 500; y el de los refugiados.

-¿Hay más gente vulnerable o es que se llega más a los que lo necesitan?

-Creo que se llega más. En general somos reacios a pedir ayuda. Pero la gente cuando va teniendo necesidades y se van multiplicando en el tiempo, acuden ya a nosotros. Además, tenemos charlas de educación para la salud en colegios y institutos; charlas de prevención de conductas violentas en los jóvenes, porque la violencia en la pareja y la juventud está muy arraigada; primeros auxilios en niños para que sepan si le da un mareo a su madre o alguien en casa que sepan cómo actuar de primera mano; tenemos la estimulación cognitiva para personas con todo tipo de demencias; refuerzo escolar para niños de familias sin recursos; y actividades para gente mayor, gimnasia de mantenimiento y baile. Consideramos a los niños y a los mayores población vulnerable.

-Ocho trabajadoras, ¿cuántos voluntarios?

-En 2017 los voluntarios que colaboraron en algún momento fueron 271. Que estén todos los días son 80 o 90, que es muchísima gente

-¿Cuál es el perfil?

-No hay un perfil tipo. Hay gente de todas las clases y oficios. Hay médicos y enfermeras, y también trabajadores de la cantera que vienen por las tardes un ratito cuando salen.

-¿Es solidaria la comarca?

-Sí, siempre lo he dicho. Tenemos 648 socios. Y han ido aumentando; incluso en la época de crisis. Y los que no pueden ayudar como socios, colaboran comprando en el Sorteo de Oro, que proporcionalmente por población somos la asamblea que más vende.

-Pioneros en acoger refugiados, ¿cómo está saliendo?

-Al principio yo me temía que podíamos tener algún problema, pero la cosa está discurriendo con toda normalidad. Ya andamos cerca de las cien personas de distintos países. Algunos abandonaron ya el programa porque encontraron trabajo; en hipermercados y hostelería. Los hay que se han ido fuera, porque los reclamaban familiares o amigos o porque encontraron trabajo. La sociedad los ha acogido de maravilla. Por el trabajo en las canteras, en Valdeorras siempre ha habido muchísimos inmigrantes de todos los países y estamos acostumbrados a la inmigración.

-Y aún así siempre se escuchan comentarios xenófobos...

-Hablamos y no nos damos cuenta... La mayoría de los que vienen son africanos. África es el continente más rico seguro y sin embargo alberga los 32 países más pobres de la Tierra. Vienen, digamos, a pasarnos factura, porque cuando cogemos un móvil no nos damos cuenta de que todos estos materiales vienen de allí. Los estamos explotando nosotros, los países occidentales. Lo ideal sería invertir allí -Cruz Roja Española tiene 123 proyectos en 32 países- y que se pudieran quedar, pero lógicamente, lo están pasando mal ahora, y se vienen a Europa. Siempre hay comentarios racistas, porque no pensamos. Lo hacemos humanitariamente, pero incluso si pensamos egoístamente, tendríamos que darnos cuenta de que es bueno que vengan aquí. El 60 % de las personas refugiadas que han venido a Valdeorras son menores de 10 años. Esas personas son las personas que van a cotizar para que la gente que ahora tiene treinta y tantos, tenga una pensión. Aquí no hay nacimientos, y lo ideal es que vengan niños de fuera que el día de mañana paguen las pensiones. Incluso pensándolo de esa forma egoísta tendríamos que darnos cuenta de que es bueno que vengan.

-Ya hay refugiados fuera del programa porque ya tienen su propio sueldo. ¿Y por qué hay parte de la sociedad que tiene esa idea de que vienen y lo tienen todo gratis para siempre?

-Falta pedagogía, creo. El programa es de tres fases: una primera en la que se le damos todo, una segunda en la que les formamos y les ayudamos a buscar trabajo, y una tercera en la que son autónomos totalmente.

«Queremos abrir una delegación en Trives para poder atender a la comarca»

En el trabajo diario de Cruz Roja Valdeorras también está la búsqueda de fondos para sufragar las actividades.

-Hablaba de lo colaboradora que es la sociedad, ¿y los ayuntamientos?

-Yo soy consciente de que tienen muchísimos problemas, pero bueno, empiezan a ser receptivos en el sentido de que se dan cuenta de que si tuvieran que distribuir los recursos que empleamos nosotros los proyectos que nosotros hacemos, a ellos les costaría muchísimo más, contarían con gente que no tendría la experiencia que tenemos nosotros y resultaría mucho más caro. El Concello de O Barco nos tiene una subvención anual importante. Antes de la crisis algunos más colaboraban económicamente, y después, yo lo entiendo, dejaron de hacerlo... Ahora estoy dándoles un tiempo para volver a pedirle que colaboren. Otros colaboran de otra manera, como el de A Rúa, que nos cede locales para las actividades que tenemos allí.

-¿Qué retos se marcan?

-En septiembre retomaremos los proyectos en marcha y veremos los nuevos que puede haber. Además, estamos pendientes de una pequeña reestructuración de la asamblea de la comarca, porque además de Valdeorras abarcamos Trives, Manzaneda y San Xoán de Río; y los tenemos un poco olvidados. He hablado con personas de allí y tenemos lo que podría ser un presidente para hacer una delegación que después, con el tiempo, pueda ser una asamblea autónoma para la comarca de Terras de Trives, que podríamos unir también los concellos de Chandrexa de Queixa y Castro Caldelas, que ahora pertenece a Maceda. Hay una persona que parece que se anima. Y después nos falta que el Concello de Trives nos ceda un local para instalar la sede. Y una vez que haya un presidente, un local y un grupito de gente, ya rápidamente contrataríamos a una coordinadora para empezar a funcionar.

-¿Para cuándo?

-Yo creo que a mediados del año que viene ya podemos hablar de una delegación con presidente y coordinadora.