La procesión protagonizó el día grande (y también el último) de las fiestas
23 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La tradición marca que las Festas de Santa Rita en O Barco vienen pasadas por agua. Pero en toda tradición hay años que salen algo raros, y este 2017 pasará a la memoria colectiva por unas fiestas de mayo con un sol radiante. Y no solo durante la procesión -que todo hay que decirlo, el agua suele respetar el momento religioso- sino porque todo el fin de semana lo que hubo fue sol. Y ni gota de agua. Será cuestión de fe. Ayer a mediodía el sol lucía radiante y el calor comenzaba a apretar. No tanto como para animar a quedarse en casa buscando la sombra, así que la praza do Príncipe vivió un abarrote esperando la salida de la imagen de santa Rita de Cascia, esculpida por Xelo de Tremiñá.
Multitudinaria fue la procesión, en la que se cumplió con la tradición de las rosas rojas que, una vez bendecidas la gente se lleva a casa; y también se volvieron a ver numerosos ramos en las manos de los fieles, que después acercaron a la talla de madera buscando la intercesión de la patrona de los imposibles para alguna petición. No faltaron tampoco los niños vestidos con el traje tradicional, ni la música de la Banda de O Barco, que después ofreció un concierto. Y en una procesión, importante es la presencia de sacerdotes. Al responsable de la iglesia de santa Rita le acompañaban, como es habitual, varios otros curas de la comarca. También, en esta ocasión, el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, en la que fue su primera procesión en O Barco tras su nombramiento. Se estrenó en la comarca de Valdeorras el año pasado, durante las Festas da Ascensión en Rubiá, que se celebran esta misma semana.
Menéndez estuvo acompañado, entre otros, por Ángel Sánchez Cao, el párroco de Veigamuíños sobre el que él mismo ordenó abrir una investigación el pasado mes de febrero después de que un antiguo alumno del seminario San José de La Bañeza (León) acusase a Sánchez Cao de presuntos abusos sexuales. En aquel momento, Menéndez anunció que se investigaría con celeridad el asunto, asegurando también que no se tomaría medida previa contra el párroco en cuanto aplicaban la presunción de inocencia. Pasados tres meses desde aquella denuncia, desde el obispado de Astorga no se ha vuelto a dar información sobre el asunto. La Voz intentó sin éxito ayer conocer en qué punto estaba la investigación.