Los valdeorreses siguen a un paso de la promoción
21 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Goles: 0-1, min 42: Álex Pérez; 1-1, min 62: Mitogo; 2-1, min 75: Rodri.
Árbitro: Novás Benavides (Vigo). Mostró tarjetas amarillas a Arce, Mitogo; David García, Gonzalo, Jonathan y Cristopher.
Incidencias: Calabagueiros. Buen ambiente en el campo de O Barco, con unos 700 aficionados.
Macía, Rubén Arce, Álex (Mitogo, min 46), Pablo Corzo, Omar, Rubén García, Borja, Javi Recamán, David Álvarez (Brais, min 81), Tato (Adil, min 60) y Rodri.
Cristopher, Borja, Aarón, Adrián Padrón, Álex Sánchez, Toni, David García (Navarrete, min 80), Moreira (Denis, min 76), Gonzalo (Jonathan, min 86), Piñeiro y Álex Pérez.
Esperaban en O Barco una dura réplica del Bergantiños, pese a sus problemas clasificatorios, pero la pugna fue más trabada aún en los cuarenta y cinco minutos iniciales, con los de Carballo cerrando las fuentes de creación del combinado valdeorrés y asestando además un golpe importante poco antes del descanso, cuando una magnífica incursión de Moreira terminó con el remate preciso de Álex Pérez.
El marcador adverso parecía cortar la euforia de los últimos resultados positivos del equipo de Javi Rey, pero el técnico no se despistó y movió rápido sus piezas, incluyendo tras el descanso a un Mitogo que pronto se marchará con la selección de Guinea Ecuatorial.
El mismo atacante forzó una acción polémica, en la que sus compañeros reclamaron pena máxima, pero los forasteros también enseñaban los dientes a la contra, buscando la sentencia. Adil fue otro de los hombres de refresco de los barquenses y en una combinación del marroquí con Rodri, que repelió el meta Cristopher, el mencionado Mitogo tiró de su caña y niveló el marcador con media hora todavía por delante.
El acoso del Barco fue en aumento y el Bergantiños no encontraba la manera de sacudirse el dominio de un conjunto que además tiene un estilete como Rodri Alonso. El berciano recogió un esférico que condujo con rapidez al área, sin que sus marcadores pudieran frenarlos y lo cruzó lejos del alcance del portero. Su oponente ya no tuvo poder de réplica y el sueño continúa.