El ejecutivo con traje de «Ironman»

NOGUEIRA DE RAMUÍN

Santi M. Amil

Manuel Domínguez se sacude el estrés de su trabajo con desafíos al alcance de muy pocos atletas en el mundo

31 dic 2019 . Actualizado a las 19:58 h.

Nadar, pedalear, correr. Y hacerlo durante horas, días, hasta convertirlo en costumbre. Manuel Domínguez De la Fuente (Nogueira de Ramuín, 1977) presenta una tarjeta de visita con 159 maratones, la mayoría en montaña, antes de dar el paso hacia los Ironman, Ultraman, Ultraking y demás desafíos que ponen en un brete la resistencia del cuerpo humano. Y no se trata de ningún deportista profesional, puesto que en horario de oficina -y alguna extra- es el director de Grandes Cuentas del prestigioso Grupo Cuevas.

«Me apasiona mi trabajo, puedo decir que tengo la suerte de disfrutar cada día con él. Pero también es verdad que entré en la empresa a los 19 años. Trabajaba de comercial, todo el día del coche a la oficina. Había dejado el fútbol para centrarme en el trabajo y, a los 29, pensé que debía hacer algo por cuidar mi cuerpo y mi salud», aclara Manuel, que precisamente encontró muchas motivaciones para su nueva vocación deportiva en la propia empresa y en el que fuera su director general, Manuel Rodríguez De la Fuente.

«Recuerdo bien mis primeras carreras, porque eran fiestas en Luíntra, un 15 de julio. Manuel De la Fuente, José Antonio Pérez y José Manuel Vázquez ‘Casiano’ me convencieron para probar con ellos, que ya tenían experiencia en maratones y a los tres meses justos, corrí el primero de mi vida, el Maratón de Montaña Penedos do Lobo», acentúa el hoy ambicioso ultraman, que también alude a una anécdota que le provoca una sana sonrisa: «Los tres me insistían en que debía hidratarme mucho el día anterior y yo me bebí dos botellas de agua de litro y medio. Me acosté pronto, porque habíamos quedado a las seis de la madrugada, pero no pegué ojo y cada media hora tenía que ir al baño. Aún así, me levanté tranquilo, pero recuerdo que aquello se me hizo durísimo y si no fuera por ellos, que me animaron, no hubiera llegado al final».

Rodríguez De la Fuente, que murió atropellado por un coche en 2010, mientras se entrenaba corriendo cerca del Cumial, también influyó de modo importante en Manuel cuando le mostró un vídeo motivacional sobre el famoso Team Hoyt, formado por un padre que completó maratones, triatlones o ironmans, llevando a su hijo con parálisis cerebral: «Me impresionó mucho ver a ese hombre cargar a su hijo, llevarlo en la bici y nadar tirando de un bote, así que me dije que yo también podría asumir retos que me parecían muy complicados».

El primer Ironman del ourensano, fue el de Calella en 2015, pero desde entonces, se guarda un desafío prácticamente para cada año. Y es que de ahí pasó al Ultraman de Benicassim y al Utraking de Badajoz, que elevó todas las distancias hasta llegar a los 10 kilómetros de natación, más de 420 de ciclismo y una doble maratón, superando los 84 kilómetros: «Salí a las 13.15 de la tarde del viernes y llegué cerca de las 20.00 horas del sábado, fue un esfuerzo terrible. De hecho, solo éramos trece locos los que nos apuntamos para aquel sufrimiento».

Domínguez también resalta que las cenas y las puestas en común con esos rivales entre comillas son algunos de los momentos más inolvidables de sus retos: «Nunca compito contra ellos, compito contra mí mismo. Además son personas que te comprenden perfectamente, con ellos hablas de otras pruebas y de desafíos más exigentes. Porque esto es nuestra droga, siempre quieres más, superar otra barrera».

Y, por ahora, la última frontera fue la de Suiza, donde Manuel también salió airoso de cinco pruebas oficiales de Ironman, en otros tantos días: «Era la primera vez que disfrutaba de tantos días seguidos de vacaciones en agosto y lo dediqué a esto. Lo más difícil es la preparación, porque realmente yo no tengo tiempo para entrenarme todo lo que quisiera. Pero llegados a estas competiciones de ultradistancia, además del físico, el otro cincuenta por ciento es de coco».

Y por supuesto, también un equipo que lo levanta en los momentos de bajón, que los hay: «Sin ellos sería imposible. En Suiza me acompañaron Diego Novelle, Artur Yuste, María Fernández, Carlos Rodríguez, Paco y Anita. Y patrocinadores que siempre han confiado en mí, ante este tipo de desafíos».

Fines de semana de preparación intensiva y madrugones antes del trabajo

El PentaIronman de Suiza llevó a Manuel Domínguez De la Fuente hasta la ciudad de Zurich, donde se incrementaban todas las dificultades: «Sabía que le tenía tomada la medida a los Ironman, después de toda mi experiencia los estaba haciendo casi siempre en unas 10 horas y 50 minutos, pero enfrentarte a cinco en cinco días consecutivos, implicaba que el bajón llegaría».

En la primer asalto del ourensano a un reto de estas dimensiones, vivió instantes incomparables con sus carreras anteriores: «Hice el primero guardando fuerzas, porque sabía que después había mucho más, pero claro, era un Ironman y terminas roto. Cenas, te vas a la cama y corres el segundo, pero ya parece que vas cargando la losa del día anterior. Por la noche estás totalmente destrozado y aún te quedan tres, más de la mitad. Fue el momento más duro. Porque al día siguiente te autoanimas, ya casi no hay tiempo de pensar, terminas igual de mal, pero solo quedan dos, lo más difícil ya pasó».

Manuel mantuvo una cierta regularidad, entre las once horas y media y las doce y media en todas las jornadas: «Tengo que decir que mi capacidad de sufrimiento es muy alta, ahora he podido comprobarlo». Es un hombre que, lógicamente, se cuida. Se somete a revisiones médicas periódicas y también mantiene la disciplina de trabajo físico que le permite su profesión: «Como digo yo, al llegar el fin de semana, hago sábados de ocho a oito, doce horas en las que me lo paso en grande con la bici o corriendo. De lunes a viernes, a las siete ya estoy en el Pabellón, para nadar o correr, antes de ir a la oficina». Y así, semana a semana. Ahora medita si el próximo año podrá enfrentarse a un DecaIronman, doble distancia y más días: «Tengo que pensarlo mucho». Se admiten apuestas.