Ventajas y desventajas
Para el director técnico de Martín Códax, las vendimiadoras tienen muchas más ventajas que inconvenientes. La primera, que trabajan de noche, cuando la uva está más fría. Esto permite «aforrar enerxía no enfriamento da pasta e, ademais, evitase a oxidación», explica Tubío. Y es que cuando las uvas están expuestas al sol todo día, recibiendo calor, «perden aromas», asegura. Algo que no sucede con las vendimiadoras, que recogen la uva cuando está fría, evitando así que las altas temperaturas afecten a su potencial aromático. Al mismo tiempo, el hecho de vendimiar de noche evita que se tenga que gastar energía en enfriar la pasta. «Hai un aforro enerxético moi grande. As adegas gastan moita enerxía en enfriar a uva que entra a 25 grados e ten que estar a 15 grados cando entra na prensa», argumenta Tubío. De ahí que la práctica de vendimiar de noche se esté extendiendo cada vez más en muchas zonas vitícolas. Por otro lado, las vendimiadores automáticas consiguen también reducir notablemente el tiempo que pasa entre la recogida de la uva y el prensado. «Hora e media despois de ser vendimada está xa nas prensas», sostiene.
En cuanto a los inconvenientes, Tubío considera que todas las desventajas que hasta ahora planteaban estas máquinas se han superado. «Cada vez son máis respectuosas coa uva e as desvantaxes que teñen, como que rompen a uva, compénsanse de sobra», argumenta. Y es que es cierto que estas máquinas funcionan haciendo vibrar la planta, lo que provoca que la uva se caiga del racimo y sea recogida sin el raspón. A su vez, esto provoca algunas roturas. «Inicialmente tiñamos dúbidas por se a uva podía romperse demasiado, pero vimos que o sistema funciona perfectamente e que a calidade da vendima é moi boa», insiste el director técnico. Tras cuatro años, en Martín Códax están muy satisfechos con el resultado de las vendimiadoras.