Fue en el mes de agosto de 1968 cuando se planteó por primera vez crear un consejo regulador y una denominación de origen Monterrei. En una reunión con el subsecretario de Agricultura en Ourense, Hernández Gil, se le había transmitido a este un acuerdo de las Asambleas Plenarias de las Hermandades de Labradores y Ganaderos de Verín, Monterrey, Oímbra, Castrelo del Val, Laza y de la Junta Rectora de la Bodega Cooperativa de Monterrey. En ese acuerdo se había establecido solicitar la Denominación de Origen Valle de Monterrey por considerar que la tipificación de los vinos de aquella zona reunía las mismas consideraciones que otras en la provincia. Alegaba el sector vitivinícola de la zona que la extensión dedicada al cultivo del viñedo era de 3.000 hectáreas y con una producción anual de 200.000 hectolitros. La urgencia de la creación de un ente regulador estaba también supeditado a la ampliación de la primera bodega cooperativa. Los trámites fueron largos y en 1970 se volvió otra vez a insistir en Madrid a manos de Eulogio Gómez Franqueira (de aquellas procurador en las Cortes) y los delegados provinciales de Sindicatos y Agricultura de la provincia. No hay que olvidar que el germen de todo esto fue la creación en la zona de Albarellos de la Bodega Cooperativa de Monterrei en 1963 y el inicio de las obras del Parador en el mismo año. Estos hechos motivaron a los responsables políticos y sindicales de la época en apostar por una nueva denominación de origen en la provincia de Ourense para dar salida, con un sello de calidad, a los vinos.