«Todo o que pasamos o día do incendio non o poderemos esquecer na vida»

x. m. r. OURENSE / LA VOZ

MELÓN

MIGUEL VILLAR

Patricia Soalleiro espera poder recuperar la casa arrasada por el fuego en Melón

23 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 15 de octubre del 2017 marcó para siempre las vidas de Patricia, José y Brian. Aquel domingo quedó grabado a fuego en su memoria y la familia trata de recomponerse de aquella noche fatídica y de las consecuencias que trajo consigo la ola incendiaria que asoló Galicia y se ensañó con los concellos de Melón y Carballeda de Avia. En el pueblo de Moces, en el término municipal de Melón, las llamas dejaron literalmente en la calle a la familia de Patricia Soalleiro y devastaron todo su patrimonio. La casa en la que pasaban el fin de semana, un coche y un quad que estaban en la planta baja, un pajar y un hórreo de su propiedad que se encontraba en las inmediaciones y un garaje a la entrada del pueblo -con un tractor dentro y un vehículo a la puerta- fueron engullidos por el fuego y transformados en escombros y cenizas. La casa familiar había sido restaurada tres años antes y la rabia se apoderaba de la familia por las circunstancias en las que se produjo el sinietro, al pasar el fuego desde una vivienda lindante que estaba abandonada y cuya declaración de ruina, y posterior limpieza, habían sido solicitadas al Concello de Melón con anterioridad.

Reconoce Patricia Soalleiro que es imposible olvidar lo vivido, mientras se aferra a la rutina del trabajo diario. La familia vive en su piso de Ourense y están a la espera de que se concreten todos los aspectos referidos a las ayudas, rehabilitación y demás. Para la tramitación de todo lo concerniente al aspecto patrimonial se han puesto en manos de un letrado: «Hoxe mesmo pasei por xunto ao avogado para levar a documentación e o que nos vai pedindo para facer a reclamación. En principio de axudas e demais non sabemos nada. Si é certo que nos chamaron no seu día do Instituto Galego de Vivenda e Solo para dicirnos que ía haber axuda, pero non nos concretaron nada». Compaginan la vida en la ciudad con los fines de semana en Moces, donde se alojan en casa de sus familiares, y las sensaciones siguen a flor de piel. «Ao ir ao pobo o sentimento sempre é o mesmo, ves todo aquilo calcinado e o que pensas é que non se vai conseguir recuperar a casa e todo o que alí se perdeu. Iso o material, no persoal tamén doe; todo o que pasamos aquel día non o poderemos esquecer na vida», reconoce Patricia Soalleiro.

Su tía, que estaba aquella noche con ellos y que depende de un respirador, sigue viviendo en el pueblo -con la madre de Partricia- y la casa lindante fue precintada a los dos días. Una medida que ya de nada vale.