La superficie sembrada de Pataca de Galicia cayó a la mitad en 7 años

SINDO MARTÍNEZ XINZO / LA VOZ

MELÓN

El consejo regulador de la IXP certificará 5 millones de kilos esta campaña

12 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector de la patata gallega de calidad suda, pero resiste, de momento. Durante la última década el consejo regulador de la Indicación Xeográfica Protexida Pataca de Galicia, que supervisa la producción y comercialización del mejor tubérculo gallego, ha verificado cómo el número de productores censados en el organismo ha caído un 90 % en una década y cómo desde el inicio de la crisis económica, en el 2008, la superficie sembrada de este producto en las zonas amparadas ha descendido a la mitad. Lo que hace un par de lustros parecería inaudito, está sucediendo; y en municipios antelanos como Calvos de Randín, Porqueira, Os Blancos o Cualedro ya no quedan oficialmente patateros de calidad.

Esas fuertes caídas numéricas en los agricultores reconocidos (de 700 a 64) y de terreno sementado (de 532 hectáreas a 250) no se han traducido, sin embargo, en un fuerte descenso en las ventas al consumidor final. Cuando la campaña 2014-2015 ya enfila su recta final, desde el consejo regulador esperan alcanzar los cinco millones de kilos comercializados, prácticamente la misma cantidad que en los últimos tres ejercicios.

El aumento del número de hectáreas sementadas por agricultor y una mayor racionalización en la producción están detrás de ese difícil sostenimiento en la cifra de ventas final. Aún así, lejanas están las cifras de 2008, cuando los distribuidos vendieron 7,2 millones de kilos de patata amparadas por el sello de calidad.

El veto ruso

La abundante cosecha en A Limia y la sobreproducción patatera en toda Europa en esta campaña no ha ayudado, precisamente, en estos últimos tiempos. El temporal veto ruso a productos de la Unión Europea por la crisis ucraniana, que inmovilizó hace meses millones de kilos de potentes países productores como Polonia, tampoco colaboró en el difícil panorama global del sector en el viejo continente.

¿El futuro? Complicado, pero esperanzado. Las claves, las de siempre: apuesta por la promoción de un producto con una positiva imagen ya consolidada, reforzamiento de la calidad y mantenimiento (o incremento, si es posible) de los ratios de producción y venta.