En Ourense vamos tan sobrados, pero tan sobrados que hasta tenemos una estación de esquí ¡por si nieva! Y es que la noticia es que Manzaneda abre dos pistas para esquiar cuando estamos a 21 de enero. Es la primera vez de la temporada que se pueden ver esquiadores en sus instalaciones, eso sí gracias a que se han instalado allí unos cañones de nieve que han costado 4,6 millones de euros. Es solo la punta del iceberg del dinero público que se ha enterrado en una instalación que, claro está, no es eficiente por el hecho de que no se dan las condiciones idóneas para la práctica del esquí más que de pascuas en ramos. Para darnos cuenta de esto no hay más que mirar alrededor. No nos iremos, por aquello de no parecer demagógicos, al Pirineo Aragonés. Pero, por ejemplo, en la estación de San Isidro (León), que es la más próxima a Galicia, las condiciones para el esquí este viernes eran las siguientes: 20,5 kilómetros esquiables con 20 pistas abiertas y remontes operativos. En Manzaneda, el primer día había disponibles 1,7 kilómetros esquiables con dos pistas. Menos da una piedra y seguro que los niños que se acerquen hasta allí este fin de semana vivirán una experiencia inolvidable con sus trineos, pero justifica eso la millonaria inversión pública que se ha realizado en Manzaneda desde su apertura. Entiendo que se hace difícil tomar decisiones drásticas cuando la mochila se ha llenado tanto, pero visto el escenario y que el tiempo seguirá siendo el que es, quizás lo más inteligente sea cambiar el uso de las instalaciones. Para otro día se puede dejar el debate de por qué se hizo ahí la estación y no en otra zona más favorable.