Hace 40 años se desataba el pánico en Maceda tras el ataque de tres leones a un domador de circo

MACEDA

Un león de circo, en una imagen de archivo.
Un león de circo, en una imagen de archivo. YURI KOCHETKOV | EFE

En 1985, la afamada familia circense de los Quirós estaban de gira por Ourense

27 abr 2025 . Actualizado a las 22:28 h.

Vicente Quirós falleció en el 2022 a los 105 años de edad. Fue una institución en el mundo del circo, como domador de animales. Entre las muchas anécdotas que fue contando a lo largo de su vida, siempre destacó una que le hizo perder el aliento. La que protagonizó uno de sus leones favoritos, de nombre Quirós, una fiera que le costó domar y que atacó a su hijo, al que él siempre llamaba Manolito. Sucedió en abril de 1985 en Maceda. Hace 40 años

El circo Venecia, al que pertenecía la familia Quirós, se encontraba en la provincia de Ourense de gira. Era fin de semana y tocaba Maceda. Los leones eran el plato estrella y los hermanos y domadores Luis y Manuel Quirós, los encargados del espectáculo. En esos años su padre, Vicente, se limitaba a salir con los caballos. En un momento de la función, tres de los leones se abalanzaron sobre Manuel, que entonces tenía 31 años, para más tarde pelearse entre sí. El público despavorido empezó a correr, entre gritos, hacia la puerta de salida, mientras Luis hacía lo posible para atender a su hermano herido. Entre todo el ajetreo, el resto del personal fue capaz de reconducir a los animales hasta sus jaulas. A todos no. Una leona permaneció en uno de los túneles de acceso. La Guardia Civil vigiló el circo hasta la llegada del director del zoo de La Madroa, en Vigo, que adormeció a los animales.

Pocos días después del suceso, el propio Manuel, desde el hospital de Ourense, contaba a La Voz de Galicia lo sucedido: «No había hecho más que entrar cuando dos de los leones se me echaron encima y se les unió inmediatamente el tercero, que era del único del que yo podría esperar algo, porque era el que otras veces había intentado no dejarme entrar. Es el más fuerte de los tres. Cuando se me echó encima también el tercero yo intenté retroceder un poco, pero fue imposible. Estaban a tres metros de mí y solamente con tomar un poco de impulso ya me cogieron y me tiraron al suelo. Inmediatamente saltó mi hermano Luis, que no tuvo que entrar del todo en la jaula de pista, porque yo estaba casi en la puerta, aunque, de todas formas, tuvieron que penetrar más de un metro, primero Luis y luego mi padre, otro hermano y más gente».

Noticia publicada en La Voz de Galicia el 27 de abril de 1985
Noticia publicada en La Voz de Galicia el 27 de abril de 1985 La Voz de Galicia

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Aquel fue el primer accidente laboral de su vida. Relató que había visto nacer a los tres leones que le atacaron, que vinieron al mundo en la misma jaula que ese día ocupaban. El parte médico de Manuel lo hizo público el director del hospital provincial, el doctor Raposo Lence: «Varias heridas producidas por los colmillos de los leones —de cinco a seis centímetros de longitud— aparte de los desgarros ocasionados por las zarpas: dos en región infractavicular, dos en la pectoral izquierda, dos en la escapular, una en la cara anterior de codo izquierdo, cinco en el antebrazo izquierdo, una en la cara dorsal, otra en la palmar de la mano izquierda y sendas marcas de colmillo en escroto y pene». Ninguna de esas heridas afectaron a órganos vitales y la recuperación fue plena tras cicatrizar. Su hermano Luis, que había entrado en la jaula para auxiliarle, también recibió la ira de los leones. En su caso, fue un mordisco en la pierna. Pudo curarse en la propia roulotte del circo.

—¿Seguirá trabajando con los mismos leones?, le preguntaba el periodista Alfredo Vara en una entrevista al herido, hace 40 años.

—Hay que trabajar. Pero sustituiré a los machos que me atacaron, que pienso que, a más corto o largo plazo, volverían a hacerlo, porque han probado ya la sangre. Incorporaremos a dos hembras que estábamos preparando para aumentar el número a ocho leones, contestaba Manuel, aún con las heridas abiertas.

Incluso, sobre la cama de la habitación 126 del hospital provincial ya hablaba de volver a meterse en la jaula con los leones: «Si pudiera disponer de más leonas, retiraría parte de los machos. Pero tengo que trabajar con ellos, que son ocho en este momento, dos de ellos hembras en fase de entrenamiento. Sustituir a un león entrenado no es tarea fácil ni barata».

—¿Cuál puede ser el futuro del circo, Manuel?, se interesaba el periodista.

—Mientras haya niños, habrá circo. Esto se ha dicho muchas veces.

Cuarenta años después el circo sigue vivo de la mano de Manuel y de su hermano Luis. Ahora ya no es el Venecia. Desde 1992 es el Circo Quirós y sigue manteniendo su carácter familiar. Ya no hay leones, aunque los conocimientos siguen pasando de padres a hijos.