La valdeorresa Rebeca Núñez creó una marca con el apodo que le pusieron en Larouco
28 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El verano pasado Rebeca Núñez regresaba a Valdeorras para ponerse al frente de la Cova da Xabreira en Seadur. Llegaba los jueves a la aldea de Larouco y se iba los domingos. Y ese horario laboral llamó la atención de una vecina, que cada vez que la veía subir hacia la cueva decía «xa chegou a marquesa». Y poco a poco el apodo se fue haciendo de uso común. Nada de heredar título nobiliario, porque no existía. «La marquesa de Seadur soy yo, y eso que no soy marquesa ni de Seadur», cuenta entre risas. Y es también el nombre de su marca de mandiles, que creó precisamente a raíz de su vuelta a la hostelería. «Yo nunca me sentí bien con el mandil, así que decidí que si lo llevaba tenía que ser uno que molase», dice. Así fue cómo comenzó a diseñarlos. Primero para uso propio, pero después viendo que cada vez eran más los clientes que le preguntaban dónde los compraba, pensó que había negocio. Sus mandiles no son solo una prenda para evitar mancharse la ropa, que también, sino «una actitud» y una reivindicación. «Ha llegado el momento de sacar los mandiles a la calle, de que cada uno se vista como quiera, que la vida es muy corta», señala Núñez. Ella los utiliza como cualquier otra prenda de uso diario.
Vende a través de la web de la marca y no le va mal, cuenta. Su apuesta es clara: pocas unidades de cada modelo y si diseña para una empresa —suyos son los mandiles que lucen en el Cuatro y el Retorno en A Rúa de Valdeorras, La Viuda en A Pobra de Trives o Miss Maruja en A Coruña— estos son únicos. Para conseguir las telas recorre tiendas, ferias y mercadillos. Y sus diseños los lucen en varios negocios de hostelería, pero también en guarderías, colegios o peluquerías. Ahora sus creaciones se han convertido en un buen regalo para el Día de la Madre. «Porque todo el mundo usa mandil», resume. Sueña con verlos en Vogue.