«No tenía por qué pasar esto pero ellos me arruinaron la vida», dice el homicida

La Voz

GOMESENDE

08 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

?uando a O Garabelo se le pregunta cómo cree que van a acoger su libro los familiares de las víctimas, no se anda con rodeos a la hora de la contestación. «El que lo hizo, que lo pague. Es justo ¿No? Yo no tenía por qué pasar ni sufrir esta situación. Luché toda mi vida para sacar adelante a los míos y tener una vida cómoda pero éstos (se refiere a las víctimas) me tiraron todo por tierra», dice claramente. Marcelino recuerda que a raíz de lo ocurrido el 19 de noviembre de 1993 en Gomesende (Pol) no le quedó nada: «Un coche viejo y una paga de 60.000 pesetas al mes; eso sí, vivo con una excelente mujer 30 veces más joven que yo pero resulta que no puedo ni mirar para los lados porque no tengo ni caballos, ni tierras, nada... Es duro». Máxima claridad El autor de esta memoria sangrienta asegura que en el libro promete claridad en las primeras páginas y asegura que va contando las cosas sin tapujos, «pese a quien pese, porque llevo sufriendo las consecuencias negativas de mi familia desde los seis años». Recuerda que de niño dejó muchas veces su casa para llorar, «por eso ahora me gusta que la gente lea el libro y juzgue». A O Garabelo parece no preocuparle en demasía el hecho de quedar en la historia negra de Galicia como uno de los grandes homicidas, junto a O Paulino, de Surribas. Al preguntarle por eso responde: «Ocurrió y no tiene remedio. Ahora lo que quiero es que la gente se informe y me juzgue con moralidad. De acuerdo, apreté un hierro (en la conversación nunca a llegó a mencionar la palabra gatillo) pero fue una vez que el hijo de O Maxistro me dio en la espalda con el azadón. Se me pasó arrebatarles las hachas. Yo estaba fuerte de andar a caballo y en cuatro segundos creo que los tendría a todos en el suelo y no pasaba nada pero yo no valgo para dar a nadie con un hierro. Entonces marché a casa. Cogí la escopeta y pensé que, según me viesen bajar con ella, se marcharían. Esa era mi intención. No quiero contar más de esto...»Interrumpe el relato y vuelve a hablar de su libro que escribió porque mucha gente «sabía que podía haber gato encerrado en la historia que se contó en su momento».