En Entrimo mandan los mecos

La Voz

ENTRIMO

Concello de Entrimo

Los muñecos típicos de entroido ha sido colocados en diferentes lugares

12 feb 2021 . Actualizado a las 15:02 h.

No es tiempo de grandes festejos ni de encuentros multitudinarios. Sin embargo, en el Concello de Entrimo no quieren que la tradición se pare este año y que no quede constancia de que a pesar de la pandemia, los vecinos siguen fieles a una de las citas más apegadas. Por eso, desde hace días, en diferente de localizaciones han colocado mecos. En plazas, bancos, jardines... Una manera de recordar que el año que viene la fiesta seguirá viva. Detrás de esta iniciativa está el Concello de Entrimo pero también la asociación de mulleres rurais de la localidad que han confeccionado algunos de los mecos y posteriormente colocado por el concello, tanto en lugares públicos como en privados: tomando el sol, conversado tranquilamente entre amigos, haciendo deporte sobre una bicicleta, arreglando un jardín o pescando en una fuente, los mecos han tomado la localidad, para contrarrestar el confinamiento.

El alcalde de Entrimo, Ramón Alonso, explica que aunque no se van a celebrar los actos importantes y destacados de la fiesta en la localidad de forma presencial, sí se van recordando a través de las redes sociales las fechas significativas, como el jueves de comadres, el desfile de las madamitas o el entierro de la sardina que, en otros años, aglutinaban tanto a los vecinos como a oriundos de la localidad que regresaban a casa por estas fechas. «Hemos colocado en el medio de la plaza una pareja de madamitos, en un lugar visible, para que se mantenga el espíritu del disfraz típico de esta localidad», explica el alcalde de Entrimo.

Madamitos y madamitas, una burla a los ricos

La figura de los madamitos y madamitas fuen recuperada por un grupo de vecinos de Entrimo. Las mujeres y los hombres llevan una máscara blanca y van vestidos con enaguas y calzones también blancos. Ellas llevan un sombrero de paja con un tul tapándoles la cara. Ellos, un bigote muy fino. Y en la cabeza, un capirote negro cubierto por una cinta de un color y de cuya punta cuelgan cintas de varios colores. Detrás está figura hay una burla a las familias pudientes de la localidad. Las mujeres rurales de la localidad fueron las impulsoras de su recuperación.