Un poco de ambición, por favor

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón CRÓNICA CIUDADANA

CORTEGADA

11 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La militancia del BNG acaba de elegir como máximo responsable a nivel local en la capital ourensana a Xosé Fernández Baltar. Politólogo de 31 años, este declinó ayer su primera entrevista en este periódico (como hará con cualquier otro, según dijo) al entender que el proyecto que encabeza es colectivo y que dar la cara él solo sería conceder excesivo protagonismo a una única persona. Se trata de una decisión coherente con su discurso, pero quizás no tanto con la realidad política actual.

Los proyectos corales están muy bien para una provincia que ha sufrido durante demasiado tiempo los males del caudillismo, pero aunque las decisiones se tomen colectivamente lo cierto es que hace falta alguien que les ponga cara, alguien que acerque ese mensaje político a la ciudadanía. Renunciar a cualquier vía de interlocución con ella, limitarse a las notas de prensa difundidas a los medios de comunicación y a la actividad en redes sociales, deshumaniza la política en un momento en el que, precisamente, los proyectos de éxito son los que, además de ideas, ofrecen líderes reconocibles, algo que no es nuevo a nivel local, donde en muchos casos se vota más al candidato que a las siglas. Que se lo pregunten si no a Avelino de Francisco (por poner un único ejemplo), que mantuvo su mayoría absoluta en Cortegada pese a dar el salto del PSOE al PP.

Ello no quiere decir que, en busca del éxito electoral, todo esté permitido, incluido renunciar a posicionamientos ideológicos básicos, algo por lo que la práctica totalidad de los miembros del BNG nunca pasaría. Ni tampoco quiere decir que haya que centrar toda la actividad en un único líder al que poner en todas las fotos, como hicieron los de Pablo Iglesias con la cartelería de Podemos en conmemoración del Día internacional de la mujer. Lo que quiere decir es que hacen falta líderes que estén dispuestos a serlo. La ambición, en su justa medida, es necesaria en política y sería de agradecer que los responsables de los partidos en Ourense no ejerzan como meros delegados de otros. A la espera de que se convoque el prometido congreso que el PP lleva demorando en la capital ourensana desde el año 2010, sigue al frente del partido Rosendo Fernández, que ya no es concejal en la ciudad sino en A Merca y que fue designado a dedo por José Manuel Baltar cuando se cargó a Enrique «Poly» Nóvoa por su sonada traición. En el PSOE, fue el exalcalde, Francisco Rodríguez, el que empujó a Carmen Rodríguez Dacosta a relevarlo en la secretaría local de los socialistas porque él, estatutariamente, ya no podía repetir. Va siendo hora de que los líderes lo sean porque quieren y porque lo luchan y no porque les empujen.