«A min mesmo me sorprendeu recibir a chamada de Deus agora»

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE

COLES

El acto de ordenación sacerdotal se celebró en el Seminario Mayor
El acto de ordenación sacerdotal se celebró en el Seminario Mayor Agostiño Iglesias

Los ourensanos Adrián Rodríguez y Francisco López fueron ordenados sacerdotes

03 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nacieron en familias cristianas practicantes en las que no había vocaciones, a lo largo de su vida tuvieron épocas de más cercanía y otras de menos a Dios, estudiaron en la universidad y estaban ya trabajando cuando decidieron dar un giro radical a sus vidas e ingresar en el Seminario Mayor. Allí coincidieron, en 2015, los ourensanos Adrián Rodríguez y Francisco López, que supieron entonces de la similitud de sus historias vitales. Ayer ambos fueron ordenados sacerdotes. Tenía que haber sido el pasado 19 de marzo. Ya estaba todo previsto, pero unos días antes la pandemia mandó parar. Desde entonces mucho ha cambiado la vida, la de todos, pero no su fe, según ellos mismos confesaban horas antes del acto más importante de sus vidas.

Adrián Rodríguez Iglesias (Coles, 1990) contaba que antes de decidirse a consagrar su vida a Dios, él mismo bromeaba sobre la vocación sacerdotal. «Facía o chiste da vida dos curas, de que recibías a chamada de Deus e tiñas a vida solucionada... Dicía que igual era que Deus mandaba SMS, pero a min non me dicía nada», contaba divertido. Hasta que sí lo hizo. «Despois da universidade, un leva unha vida máis profunda e acaban prantexándote non o que ti queres, senón o que Deus quere de ti», relataba.

Reconocía que su decisión chocó al principio en su entorno. «É sorprendente porque non é algo común, pero a xente que te quere, quere verte feliz, e eu estou moi feliz», contaba.

Francisco López Gómez (1989, Vilamarín) estaba trabajando en un bufete de abogados cuando decidió dar un vuelco a su vida. No ha abandonado el Derecho, del que dice que le apasiona, sino que ahora está estudiando Derecho Canónico en Salamanca. Fue en su llegada a la universidad cuando se desvinculó más de la vida de iglesia, hasta que en 2011 acabó participando en la Semana Mundial de la Juventud con el Papa Benedicto en Madrid. «Foi un cambio. Vin que moita xente nova estaba vinculada coa Igrexa, así que empecei a facer máis vida parroquial», relataba. Cada vez la llamada de Dios se fue haciendo más fuerte. «Ao principio non quería facerlle moito caso, pero hai que responder á chamada se queres ser feliz», contaba. Su decisión no le extrañó a sus amigos, que le confesaron entonces que la esperaban. Chocó más en algunas personas de su familia. «Sorprendeulles moito, igual que me sorprendeu a min que me chamara agora o Señor; pero ao ver que era feliz alegráronse moito», apuntaba.

Ninguno sabía todavía cuál será su destino. Eso sí, ante la crisis de vocaciones y la falta de curas, «supoño que máis que unha parroquia terei seis ou sete», señalaba Adrián Rodríguez.