Celanova honra la memoria de las mujeres represaliadas con una placa conmemorativa en la antigua cárcel
CELANOVA
El colectivo busca recordar que los juzgados fueron una prisión en el pasado
10 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Una placa colocada en la fachada recordará que el actual juzgado de Celanova fue una cárcel de mujeres entre agosto de 1936 y 1938. Se trata de una iniciativa impulsada por el Comité de Memoria Histórica de la comarca y la Concellería de Igualdade, que señalarán el edificio como lugar da memoria que fue empleado como espacio de represión. La placa será descubierta el día 23 a las 13.00 horas en un acto que contará con la participación de familiares de Salud Torres Díaz y María del Valle Lozano, mujeres que sufrieron encarcelamiento y fueron ejecutadas en Xinzo a finales de 1937. Acompañarán a las familias la presidenta del comité, Celia Inés Feijóo Soto; el alcalde de Celanova, Antonio Puga; y la concejala de Igualdad, Teresa Barge.
Como parte de la jornada, se ofrecerán dos conferencias en el salón de plenos. Las charlas, que comenzarán a las once de la mañana, correrán a cargo de Rosa María Cid Galante, catedrática de secundaria y doctora en Geografía e Historia; y Julio Prada Rodríguez, catedrático de Historia Contemporánea y decano de la Facultad de Historia de Ourense. Ambos abordarán el mismo tema: A represión sobre as mulleres durante a guerra e a ditadura
Contexto histórico
Investigaciones del Comité de Memoria Histórica y de historiadores como Domingo Rodríguez Teijeiro y Pablo Sánchez detallan que la cárcel de mujeres en Celanova se habilitó poco después del golpe de Estado de julio de 1936. La primera mención documentada aparece en un oficio del 20 de agosto de ese año: «Tengo el honor de participarle a usted que en esta prisión no cogen más reclusas porque existen 33 y la cabida es para 12...».
El 29 de septiembre, un oficio del gobernador civil de Ourense ordena la liberación de 30 hombres y 4 mujeres, entre las cuales estaban Elvira Fernández Méndez y María Dolores Vento López. Sin embargo, el número de reclusas siguió creciendo; el 8 de enero de 1937, se registran 42 mujeres y dos niños, incluyendo casos de enfermedades contagiosas y otras presas que requerían tratamiento médico. En la primera lista de mayo de 1937 figuran 47 mujeres y tres niños, entre ellas Salud Torres Díaz y Florinda Ortega Pérez, víctimas documentadas de la represión en la región.