Katharina Ojea, ilustradora: «Vou abrir o meu estudo; estaba cansa da cidade e dos contratos en precario»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

CELANOVA

Santi M. Amil

La ilustradora ultima su proyecto empresarial de dibujo e ilustración en Celanova

18 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A sus 27 anos, la ilustradora ourensana Katharina Ojea va a dar un nuevo paso profesional, asumiendo un reto empresarial que da continuidad a su trayectoria como dibujante y en el que quiere ofrecer algo nuevo. «Vou abrir un estudo de arte en Celanova que funcionará como obradoiro e servirá como oficina con aluguer de mesa para traballo cooperativo. Tamén quero ter alí unha mini tenda de arte», avanza Katharina Ojea sobre este proyecto que está ultimando en un luminoso bajo de la calle Encarnación, en su villa natal. «É un sitio precioso para debuxar», describe sobre el lugar en el que cuenta poder empezar a trabajar este próximo mes de mayo.

Katharina Ojea se instala en Celanova después de unos años de experiencia laboral en Madrid que le permitieron avanzar en su formación y especializarse tras completar la carrera universitaria de Bellas Artes en Salamanca. En la capital de España estudió ilustración digital con programas informáticos, diseño de personajes en 3D, y realizó un máster en creatividad publicitaria. Tenía trabajo en ese sector. «Fixen traballos de editorial, para contos infantís. Traballei dous anos en axencias de publicidade. Estivo moi ben, gustoume a forma de traballar dunha empresa grande, pero coa pandemia xa non facían contratos novos e afectou o contacto cos compañeiros; eu estaba sempre con contratos en precario, ou en prácticas, non quería seguir así e xa estaba cansada da cidade», cuenta.

Decidió volver a Celanova para buscar una mayor estabilidad y enfocarse en la parte de su trabajo que más le gusta: la ilustración infantil digital. Katharina Ojea impartió varios talleres en la Fundación Curros Enríquez y tiene trabajos conocidos, como la serie de carteles que hizo el año pasado para contar la historia de la procesión de la Ramallosa, y que el Concello de Celanova apoyó, instalándolos en el recorrido de la fiesta. Eran unos carteles en los que una familia contaba la tradición de la Ramallosa «Agradecen que se lles presenten cousas novas para facer no pobo», explica sobre ese trabajo.

Esos dibujos tenían la impronta del estilo ya reconocible de Katharina. «Todo o que fago é moi infantil. Tamén facía debuxo tradicional, pero leva máis tempo e non se valora, así que me dediquei máis ao dixital», enfatiza la ilustradora. Desde sus tiempos como estudiante en Salamanca, aprendió que en el mundo del arte son importantes los contactos. A lo largo de sus primeros años trabajando, Katharina Ojea se ha ido forjando una red de relaciones profesionales. «Funcionan bastante as recomendacións de compañeiros para ter encargos, e como a xente me coñece, xa me van vindo traballos», detalla. Y, aunque hay competencia, cada profesional tiene su estilo y su campo y no se invaden unos a otros. Así ocurrirá también en Celanova, donde hay otra tienda de arte pero especializada en pintura, matiza. El campo que ella quiere desarrollar más especialmente es el de la ilustración de álbumes infantiles digitales. Son ediciones dirigidas al público infantil, en las que la historia se cuenta con la imagen, que va acompañada de un pequeño texto. Katharina apunta que tiene un proyecto de álbum ilustrado con su dupla de publicidad (la pareja con la que trabaja y que se encarga de la parte textual mientras que ella se ocupa de la de arte).

Otro motivo para volver es que le estaban pidiendo clases de dibujo, a través de las personas a las que conoció impartiendo talleres de ilustración. «Gústame moito e comunícome mellor cos nenos que cos adultos. Houbérame gustado ter alguén de pequena que me ensinara o que sei agora e nos pobos non hai nada parecido», confiesa sobre esta faceta.

«Quero ter o meu lugar de traballo, onde a xente me vexa, e dar clases»

Katharina Ojea regresó hace un año a Celanova, después de su formación en Salamanca y Madrid y su etapa profesional en esas ciudades. Vivir allí la animó a explorar campos artísticos que quiere seguir desarrollando en Celanova. «Na arte falta que se avance nos pobos», considera. En la carrera de Bellas Artes se abarca demasiado, cree, y hay que especializarse. Internacionalmente se trabaja así, aunque otros compañeros le comentan que la formación polifacética de los españoles está valorada.

Katharina descubrió que hay todo un mundo en el diseño de personajes que quiere mostrar. «No estudo quero ter o meu lugar de traballo, nun sitio onde a xente me vexa, e dar clase, obradoiros, organizar exposicións, facer algo de todo», añade. El paso empresarial lo da con apoyo. «Necesitas axuda, a non ser que teñas moito aforrado. Ser autónomo nunca foi fácil pero agora piden moitos requisitos. En ilustración non sabes se terás traballo. Meus pais sempre me apoiaron para que estudara algo que me gustara porque é o traballo que vas ter toda a vida», aclara. Cuando era adolescente, los ánimos de una amiga y una profesora de ESO fueron un impulso.

DNI. Formación. Profesión.

DNI. Katharina Ojea nació en Celanova. Tiene 27 años y es ilustradora.

Formación. Estudió Bellas Artes en Salamanca y se especializó en Madrid en ilustración digital y diseño gráfico.

Profesión. Tras trabajar por cuenta ajena en la capital, va a abrir un estudio de arte y dibujo en Celanova, donde creará e impartirá talleres.