Su restaurante fue durante muchos años sinónimo de lugar para comer los buenos platos de la comida gallega tradicional. Recuperó la pata de ternera a la que llamó Pata dos poetas
04 nov 2019 . Actualizado a las 22:26 h.Fue un referente de la gastronomía de Celanova. Su restaurante, O Forno do Lito, se convirtió en un sitio emblemático para comer bien. Comida gallega, casera, con los sabores de siempre, y cocinada con esmero y buena mano. Manuel Gil Atrio, Lito, recuperó platos tradicionales como la pata de ternera, a la que llamó «pata dos poetas» y participó en numerosas citas e iniciativas gastronómicas en la comarca.
Tras viajar por distintos países europeos, recaló en Celanova, donde durante muchos años dio de comer en O Candil. Allí ya cocinaba su famosa pata, y el pulpo, el bacalao o las carnes que hicieron de aquel restaurante un referente de buena casa de comidas. El salto de calidad lo dio con el cambio a una casona, ubicada en la Praza de Cervantes, en el casco viejo de la villa, que restauró para convertirlo, en O Forno do Lito, con una sala amplia y agradable, tanto para comidas de grupos amplios como más reducidos, atendida por su mujer, María.
Por allí pasaron la mayoría de celanovenses y todos aquellos a quienes los locales llevaban como invitados cuando querían convidar a algún visitante. También personas famosas que se dejaban caer por la villa,como el entonces presidente Mariano Rajoy en el año 2015. Además de su buena mano en la cocina, Lito también era conocido por su carácter. «Reñía» a los clientes si, a su juicio, no comían bien, por ejemplo si pedían la carne demasiado hecha para lo que requería el producto. Esas «discusiones» se convirtieron también en un aliciente para algunos.
Durante su enfermedad, el establecimiento estuvo cerrado una temporada pero recientemente lo volvió a abrir su hijo.
Murió a los 66 años y este martes le despiden en San Miguel de Espiñoso (Cartelle), adonde será conducido desde el tanatorio de Celanova, a las 16.00 horas. Después será incinerado.