Veinte años de constancia y atención

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

CELANOVA

MIGUEL VILLAR

«Tenemos mucha suerte con los niños», dice la directora Patricia Taboada

10 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es mediodía y la mayor parte de los usuarios del centro ocupacional de la Fundación para la Protección de Discapacitados Psíquicos de la Terra de Celanova está en clase de yoga. Es uno de los nuevos talleres que se imparten en el centro, que acaba de cumplir veinte años desde su creación. El 28 de septiembre de 1998 comenzó a funcionar, recuerda la monitora más veterana, Rosa Rivera, que se ocupa del taller de jardinería. La gran mayoría de lo usuarios que comenzaron a participar hace veinte años continúan en el centro. Como Jose, que dice, risueño, «estaré hasta que me jubile», cuando sale al jardín para la fotografía.

El yoga o el pilates son algunas de las actividades más recientes, pero en el centro, los 23 usuarios pueden disfrutar de otras opciones, como el taller de manualidades, de autonomía personal, académico, de informática, de teatro -ahora se encuentran preparando la función navideña con la festejarán su vigésimo aniversario- o de radio, con Radio Centro como emisora desde la que se comunican con los oyentes de la Terra de Celanova.

Patricia Taboada, directora del centro desde el año 2011, explica que el objetivo del centro ocupacional es que los usuarios consigan ser autónomos. En el taller académico se les refuerzan los conocimientos básicos, como la lectura o el manejo del dinero. «Hay que ser muy constante, volver y recalcar sobre estos temas, pero da mucho gusto ver los resultados y cómo mejora su comportamiento. Aquí socializan y se ayudan entre sí. Tenemos mucha suerte con los niños que tenemos», dice la responsable.

Los progresos se notan también en talleres como el de radio. Además de poner música, ya van metiendo cuñas y haciendo algún programa. Es uno de los talleres con más participación. «Es una radio educativa, para que pierdan el miedo a hablar con la gente».

El teatro es otra toma de contacto que tienen con el público. El taller comenzó hace cuatro años y llevan tres exitosas representaciones en el auditorio de Celanova. Desde julio están ensayando la obra que estrenarán en Navidad. El celanovense Manuel Caldas colaboró escribiendo las primeras y la de este año la crearon las monitoras, buscando que todos participen aunque sea con papeles pequeños. «Cuando están en el escenario, y la gente les aplaude, sienten mucho orgullo», comenta Taboada. Otra actividad que tuvo éxito y que se realizó este año por primera vez fue la andaina, a la que fueron cien personas.

El taller de jardinería, junto con el de refuerzo académico y el de manualidades, es uno de los que existen desde el principio. Comenzaron manteniendo los jardines de la mancomunidad, con la que comparte instalaciones el centro , y al cabo de unos ocho años se instaló el primer invernadero. Hoy tienen dos y el segundo se usa como semillero. «Participan en todo, desde a reprodución ata levalo a mesa. Os cultivos úsanse para o autoconsumo do comedor. Gústalles o contacto coa natureza, ver como medran as plantas que coidan e logo comen», detalla la monitora.

De los 23 usuarios, 18 tienen plaza pública subvencionada por la Consellería de Política Social. Las otras cinco son de pago privado. Allí están de 9.00 a 17.00 horas, con media pensión y transporte. Además de lograr mayor autonomía personal y socialización, otro objetivo de la fundación, que preside José Antonio Pérez Cortés, presidente de la mancomunidad, es enfocar a los usuarios con hábitos y habilidades que les puedan dar salida en centros especiales de empleo. Uno de los niños, Fernando, tiene contrato a media jornada. «Es mi mano derecha para la jardinería», asegura la monitora Rosa. Termina la clase de yoga, y tras la alegre foto conjunta, toca comer. Ellos han puesto la mesa.