La acusación de un chico tildado de mentiroso y sabelotodo llevó a juicio por maltrato a su madre y padrastro, que han sido absueltos

Las marcas que tenía en la espalda un estudiante del instituto de Celanova, detectadas por sus compañeros y comunicadas a una profesora, dieron lugar a que se activase un procedimiento por supuestos malos tratos al menor en diciembre del 2015. El chico aseguró a la policía que su padrastro le había pegado. La instrucción del caso continuó y tanto la madre como su actual pareja se enfrentaron a una acusación fiscal de once meses de prisión, con dos años de alejamiento. El supuesto maltratado, a quien su hermano y los informes del centro de menores de A Carballeira presentan como mentiroso y fabulador, se acogió en la vista a su derecho a no declarar. La falta de pruebas ha conducido, por ello, a que la titular del Juzgado de lo Penal 1 de Ourense haya dictado una sentencia absolutoria.

En el centro educativo, conocida la versión del chico, alertaron de la situación, en consonancia con la sensibilidad existente ante situaciones de acoso y malos tratos a menores. A partir de ahí, el peso de la investigación y la acusación pasó a la policía y al ministerio fiscal.

En la vista, el hermano dijo que el denunciante mentía y que lo hacía porque le cae mal la pareja de su madre. Luego se supo que había inventado enfermedades para no hacer exámenes.

En el centro de menores de A Carballeira, por su parte, concluyeron que el denunciante es una persona que no acepta las sanciones que le imponen en casa, utiliza la mentira de forma sistemática, busca ser el centro de atención y «se muestra un poco sabelotodo», como recoge la sentencia.

Las lesiones que dieron lugar a este procedimiento penal correspondían a «unas marcas rojas en la espalda, como de dedos».

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