Acusan a dos celanoveses de retirar 50.000 euros de un familiar usando un poder tras la muerte de este

m. R. OURENSE / LA VOZ

CELANOVA

Santi M. Amil

Reintegraron el dinero en el juzgado cinco años después de sacarlo de la cuenta, aunque alegaron que antes intentaron negociar con los herederos

10 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La muerte en Venezuela del hermano y cuñado para el que gestionaban sus asuntos en Celanova a través de un poder dejó cuentas pendientes. Y alguna de índole penal, como la acusación por presunta apropiación indebida que ayer llevó al banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Ourense al matrimonio formado por Camilo N. C. y Dolores G. O. Ella era la que tenía el poder, otorgado por su cuñado desde el 2002, para actuar en su nombre ante los bancos. Tres días después de la muerte en Venezuela de su cuñado, en marzo del 2010, la mujer acudió a la entidad bancaria para retirar 50.133 euros que el difunto tenía en una imposición a plazos, según expusieron la acusación pública y particular. El dinero lo reintegraron cinco años después, depositándolo en el juzgado de Celanova, donde se instruyó esta causa.

Ambos acusados se declararon inocentes, pero solo él quiso responder a las preguntas de las partes durante la vista oral celebrada ayer. Dijo que tras retirar ese dinero y después de intentar negociaciones con los herederos de su hermano, hizo un cheque por algo más de 48.000 euros por si los hijos de él lo querían reclamar. Alegó que no lo hicieron y que tuvo que devolver el cheque. Afirmó además que la retirada de los fondos del difunto se hizo porque había entre ambos cuentas pendientes derivadas del alquiler de un inmueble que el acusado tenía en Venezuela y que le gestionaba allí su hermano, al igual que él hacía aquí con el piso en el que vivían sus sobrinos y cuñada, denunciante en esta causa. El acusado alegó que si sacaban dinero de la cuenta del hermano mientras este vivía era para pagar gastos de la vivienda de los hijos de este y de sus estudios. La acusada no quiso declarar y se remitió a lo que había manifestado en la instrucción en el juzgado celanovés.

La hija del fallecido dijo que sus tíos conocieron la muerte de su padre el mismo día -el acusado había dicho que se había enterado «días después»- y que estos no les dijeron nada del dinero retirado cuando se les preguntó si su padre tenía algo. Fue la madre de ella, que ya no tenía relación conyugal con el fallecido, la que fue al banco a preguntar si este tenía allí cuentas. Los empleados de la entidad bancaria corroboraron estos datos y que los acusados acudieron en persona a cancelar la imposición y su cuenta asociada y que el dinero se traspasó a otra de la que era titular la acusada.

La fiscala pidió para los encausados dos años de prisión. Afirmó que no se acreditaron esas cuentas pendientes entre los hermanos y que la acusada actuó «con malicia», al retirar el dinero tres días después de la muerte. La acusación particular pide más de cuatro años de cárcel y la defensa, la libre absolución, argumentando que hubo una negociación previa y que los acusados no tuvieron ánimo de lucro.