El eco verde de la industria harinera

carlos rueda / carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

CASTRO CALDELAS

Castro Caldelas habilita un sendero que pasa por el conjunto de molinos que cogían su agua del río Edo

02 abr 2018 . Actualizado a las 17:38 h.

De la localidad ourensana de Castro Caldelas parte una atractiva ruta de senderismo de poco más de dos kilómetros y que es conocida por Ruta dos Muiños do Río Edo. En tiempos, las aguas de este río fueron aprovechadas para mover los veintiséis molinos instalados en su cauce, de los que actualmente solo quedan tres en pie. El molino fue una de las más importantes y florecientes industrias harineras de ámbito familiar en toda Galicia. Pero también era una interesante fuente de ingresos en una época en la que el pan y los cereales eran el alimento básico en el medio rural.

El inicio de la ruta está en el mismo casco urbano de Castro Caldelas, a la entrada de la localidad por la carretera que lleva a Monforte y A Teixeira. Una señalización de madera, situada a la izquierda de la calle y entre dos viviendas, nos indica el comienzo del recorrido a realizar.

En el primer tramo de la ruta el camino es ancho y comienza con un suave descenso, luego a medida que nos vamos aproximando al río Edo se hace más acusado. El recorrido avanza por una de las zonas boscosas más importantes de Castro Caldelas. Al principio, el caminante irá por bosque autóctono formado mayoritariamente por castaños y robles. Después, ya en el entorno de la cuenca del río Edo, el bosque pasa a ser de ribera y aunque sigue viéndose algún roble los castaños dejan sitio a los abedules, fresnos, sauces, alisos.

Estructura restaurada

Después de setecientos metros de caminata, hay que dejar el camino principal y desviarse a la izquierda por un sendero que baja en zigzag hasta alcanzar una pista asfaltada, cien metros más adelante, y a la altura del molino de O Laberco, también conocido por Muíño da Ponte.

Tanto la estructura como su antigua maquinaria fueron restauradas íntegramente por la Fundación Sotelo Blanco, entidad dedicada a la conservación y recuperación del patrimonio etnográfico de Galicia. Para su visita, guiada y solo para grupos, es preciso ponerse en contacto con el concello de Castro Caldelas o la Fundación Sotelo Blanco.

A continuación hay que cruzar el río Edo por un puente de hormigón y después girar a la derecha para continuar la ruta por un sendero, señalizado con indicadores de madera, que transcurre paralelo al río Edo en sentido ascendente y por su margen derecha.

El tramo a recorrer a continuación se corresponde con la parte media del cauce del río Edo y se caracteriza por sus fuertes pendientes, con abundantes rápidos y pequeños saltos de agua que sortean diversos desniveles y grandes rocas colocadas en el cauce del río, erosionadas por la acción del agua y cubiertas de musgo. Todo un espectáculo natural y visual que el río Edo fue creando durante muchas centurias.

En el kilómetro 1,6 se encuentran los dos molinos conocidos por Muiños da Costa do Vao. Un antiguo puente de piedra sobre separa ambos molinos. Su conservación es deficiente, pero mantiene íntegras sus estructuras de piedra, los dos carecen de cubierta.

Senda de pescadores

El recorrido sigue ochocientos metros más, a través de un espeso bosque de ribera y a orillas del río Edo. A continuación el camino, que tiene tramos que se convierte en senda de pescadores, desemboca en el área recreativa de A Ponte das Táboas, una zona de esparcimiento con varios servicios (piscina, aparcamiento, mesas y parrillas). El final perfecto para esta interesante ruta.