«Apagabamos os lumes cunha xesta»

María Cobas Vázquez
MARÍA COBAS O BARCO / LA VOZ

CASTRO CALDELAS

Santi M. Amil

Cristóbal Campos fue el impulsor, junto a cuatro amigos, de la primera agrupación de Protección Civil en Galicia

22 nov 2016 . Actualizado a las 13:41 h.

Eran cinco jóvenes amigos que siempre estaban juntos y a los que los vecinos recurrían para que les echasen una mano cuando pasaba algo. Así que hace 29 años decidieron «formalizar» aquella labor altruista y fundaron Protección Civil en Castro Caldelas. Era la primera agrupación de voluntarios que surgía en Galicia, y todavía está en activo. Su presidente es uno de aquellos primeros miembros, Cristóbal Campos González, Tobo, que el pasado sábado recibió un reconocimiento por su labor junto al resto de sus compañeros: Argimiro, Lalo, Toño y Pepe.

«Empezaran sobre todo Argimiro González, que era radioaficionado, e José Antonio Osorio, que era o que tiña o carné de conducir», recuerda Tobo. En el Concello ya contaban con un camión -que ahora suma casi 40 años y que tiene la jubilación a las puertas, puesto que ni piezas de repuesto pueden encontrarse ya-, así que en caso de emergencia les avisaban por la radio y el conductor los iba buscando por las casas. «Daquela viviamos todos cerca, así que nos ía recollendo; e outras veces viña buscarnos a Garda Civil», recuerda el voluntario. «Empezamos porque había incendios e eventos con moita xente, e non ía ninguén; e nós andabamos por aquí polo concello», señala.

Su trabajo era hacer un poco de todo, pero fundamentalmente les requerían para apagar incendios forestales. No era una labor fácil, recuerda Tobo. Primero porque apenas había medios. «Apagábamos o lume cunha xesta», recuerda. Y añade: «Pouco máis tiñamos. Daquela non había roupa nin nada, íamos cunha xesta e unha fouce, pouco máis». Y segundo, porque a veces delataban a sus propios vecinos, con lo que eso conlleva. «Algunha vez vimos a algún prendendo lume, e contámosllo á Garda Civil... E claro, quedabamos nós mal, porque delatabas a un veciño, e nos pobos coñecémonos todos», rememora. Su labor incluso era de vigilancia, llegando a hacer guardias para evitar que los pirómanos prendiesen el monte.

Precisamente en los incendios forestales es donde Tobo recuerda los peores momentos. «Temos pasado os nosos sustos, porque nalgún contralume case nos ten pillado o lume... Porque coñeciamos o monte e sabiamos por onde escapar, pero susto levamos», dice. También es «fastidiado» cuando desaparece un vecino y acaban encontrando su cadáver, o cuando tienen que socorrer a un conocido en un accidente de tráfico.

Eran otros tiempos, cuando no había teléfonos móviles, así que el trabajo era más tedioso, recuerda Tobo. Lo que sí había era «máis unión ca hoxe», rememora el presidente de la agrupación de voluntarios. «Agora cada un vai no seu coche, pero daquela íamos todos xuntos; servía para unir á xente», remarca.

Crearon un grupo pequeño que fue creciendo. Hasta que llegó un punto en que se cansaron y la agrupación quedó un poco en barbecho. Después se creó el Grumir y más tarde el GES (trabajos remunerados), que hace que muchos de los miembros de los grupos de emergencias colaboren fuera de su horario laboral en actuaciones de Protección Civil. De hecho Tobo es el responsable del GES de Castro Caldelas. Actualmente en la agrupación de voluntarios se cuentan 35 miembros, aunque los que están «ao pé do canón» suman unos 15. «Son os que imos ao rali, ás andainas... un pouco a todo», dice Campos. Y al momento reconoce entenderlo. «Isto é voluntario, pero algúns temos un salario e podemos facer máis saídas; outros dependen doutros traballos e é máis difícil que poidan estar», señala. Hay también varios interesados en entrar en la agrupación, a la espera de que se convoque el curso básico que deben hacer todos los miembros de Protección Civil. «Fixéronse membros rapaces novos para entrar nas brigadas contraincendios, porque lles conta ser voluntarios», explica Campos.

Dice Tobo que en estos 29 años han cambiado mucho las cosas, sobre todo en cuanto a los medios. «Agora ata temos equipo para entrar nunha casa se fai falta», señala. «Estannos apoiando máis; porque nos pobos é o que hai. Se pasa algo somos os que temos que ir, de feito moita xente xa nos chama directamente se hai un lume», argumenta.