Extinguido el único incendio que seguía activo en la provincia de Ourense

La Voz OURENSE

CASTRELO DO VAL

Incendio declarado en As Chás (Oímbra) que alcanzó la capilla de Santa Ana
Incendio declarado en As Chás (Oímbra) que alcanzó la capilla de Santa Ana cedida

Los fuegos de la última semana han consumido más de cuatro mil hectáreas

17 ago 2022 . Actualizado a las 14:52 h.

El cambio meteorológico ha supuesto un alivio para los equipos de extinción de incendios que trabajan en los montes ourensanos. El bajón de las temperaturas y, especialmente, las precipitaciones que empezaron a caer el lunes en la provincia, fue un aliado importante en las labores para acabar con los fuegos y finalmente este miércoles se ha conseguido extinguir el único incendio que seguía activo, el de Laza a primera hora de la mañana.

El incendio originado en Camba, en Laza, y que se unió al de Chandrexa de Queixa, fue dado por extinguido a las 10.17 horas, según los datos proporcionadas por la Consellería de Medio Rural, tras haber arrasado 2.100 hectáreas. En su extinción trabajaron dos técnicos, 73 agentes, 154 brigadas, 70 motobombas, tres unidades técnicas de apoyo, cuatro palas, un tractor, 12 avionetas y 14 helicópteros.

Durante la mañana del martes se logró dar por extinguido el fuego originado en la parroquia de Campobecerros, en Castrelo do Val. Uno de los incendios que, según Medio Rural, responde al patrón de intencionalidad que se ha venido repitiendo este verano, con varios puntos de ignición casi simultáneos. Este foco ha arrasado 173,19 hectáreas, de las que 79 eran superficie arbolada y el resto, monte raso. Quince brigadas, 14 motobombas, siete agentes, tres palas, dos aviones y un helicóptero participaron en su extinción.

También se avanzó en los frentes declarados en Fumaces y A Trepa, dentro del territorio de Riós. El incendio se dio por extinguido en la tarde del martes, con una estimación de 94 hectáreas quemadas. Además, en la comarca de Verín, el fuego que se originó en Oímbra logró extinguirse. Ese foco consumió 89 hectáreas y arrasó la capilla de Santa Ana, de la que no quedaron más que las paredes de piedra.