El Náutico de Castrelo premió a sus principales benefactores

CASTRELO DE MIÑO

Miguel Villar

José Luis Baltar, José Feijoo, José Luis Méndez, Francisco Quiroga, José Luis Suárez y Anna Yuchenko fueron distinguidos en Laias

13 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Era una cuestión de agradecimiento. Así lo definió la presidenta del Club Náutico de Castrelo de Miño, Beatriz Alberte, a la hora de enumerar los méritos de los primeros socios de honor del club: José Luis Baltar, José Feijoo, José Luis Méndez, Francisco Quiroga, José Luis Suárez y Anna Yuchenko.

En el emotivo acto no faltaron también los elogios recíprocos, como los que Baltar Pumar dedicó a la propia Alberte Castiñeiras: «Luchó lo indecible, es inasequible al desaliento, se ha sabido rodear de personas que le han ayudado, pero siempre capitaneando, a veces con más viento y marea del que sería necesario, para sacar adelante el club. Es algo que tenemos en la provincia de Ourense, de lo que debemos presumir. No hay que inventar cosas raras, basta con desarrollar lo nuestro». Y eso que el expresidente de la Diputación admitió que se acercó con recelo al embalse, porque no sabía nadar.

No se alejaba mucho de esa consigna José Luis Méndez, actual presidente de un gigante como el tudense Club Remo do Miño. En su día llegó a ser vicepresidente en O Ribeiro, además de entrenador de otra de las distinguidas ayer, Anna Yuchenko. El experimentado directivo sigue destilando caballerosidad: «Cuando premian a uno es siempre una alegría. Y más si lo hace este club, con el que colaboré cinco años estando en el Náutico de Vigo. Los portugueses siempre nos invitaban a sus regatas, pero necesitábamos un escenario ideal para que ellos nos visitaran y yo me dije, nada como Castrelo, donde todos los deportistas que prepararon las Olimpiadas de Barcelona solo le dedicaban elogios».

Méndez García, también insignia de oro de la Federación Española de Remo, apunta de inmediato a Yuchenko: «Una deportista que pudo llevar al equipo nacional a la medalla olímpica». La rusa se casó en nuestro país y, tras acumular títulos estatales en Castrelo, ahora se dedica a su hijo de dos años: «Solo puedo estar orgullosa y agradecida por lo que hizo este club, donde gente buena me ayudó a cambiar de país. Ojalá pueda volver algún día».