Remeros

Luis Manuel Rodríguez González
Luis M. Rodríguez A BOTE PRONTO

CASTRELO DE MIÑO

30 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es necesario remontarse varios años atrás, para recordar como empezó el idilio entre los mejores remeros del país y los paisajes de la cuenca del Miño en O Ribeiro. El parque náutico de Castrelo ha pasado desde entonces por diversas fases y las inversiones millonarias dieron paso a otros tiempos de imperdonable ostracismo.

Pero, erre que erre, los remeros siempre regresan a este incomparable paraje ourensano, sabedores de que el embalse es idóneo para la práctica de su deporte. Es cierto que los dineros, en la mayoría de los casos -y este es uno de esos-, llegan en su mayoría de un apoyo institucional más o menos generoso, según los colores políticos. ¿Y por qué será que no nos sorprende?

Algunos saben de lo que costó colocarle la segunda «C» al CERLAC, el Centro de Entrenamiento de Remo y Piragüismo de Laias, Arnoia y Castrelo de Miño, por mucho que realmente sea en este último municipio donde se encuentre el centro neurálgico de la actividad. Incluso fue complicado aunar esfuerzos para que la idea -plausible, pese al exceso de boato-, consiga convertirse en un referente.

Y es que al fin y al cabo, los remeros siempre vuelven. La riqueza natural, acompañada de una benevolente climatología, se prestan para que Castrelo de Miño sea reconocido, no solo en el resto de España, sino también en diversos puntos del orbe. ¿O es que alguien pensó algún día que un deportista australiano vendría a entrenarse por estos lares? Pues sí. Valga el botón de los 700 aspirantes al título estatal que llegaron este fin de semana a Ribadavia y al propio río. Los remeros no fallan.