«La producción de vino ya existía en Astariz en la época romana»

maría Muleiro / r. n. p. OURENSE / LA VOZ

CASTRELO DE MIÑO

cedida

La excavación del castro de Santa Lucía llega a su fin con hallazgos importantes

29 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El castro de Santa Lucía de Astariz, en el Concello de Castrelo de Miño, está resultando una gran fuente de descubrimientos arqueológicos. Los trabajos comenzaron el pasado año de la mano del grupo de estudios de Arqueología, Antigüedad y Territorio de la Universidad de Vigo con Eduardo Breogán como director de la excavación y financiado por el propio concello. Al tratarse de un proyecto de tipo universitario, la mayoría de los trabajadores son estudiantes tanto de grado como de estudios superiores.

Tras los resultados obtenidos en los dos sectores estudiados el pasado año, los expertos decidieron ampliar la zona de excavación. «Los sectores que se iniciaron fueron positivos, fue por eso que se decidió continuar», afirma Fermín Pérez, el arqueólogo encargado de esta excavación. El castro, que ya se encontró en la excavación de los dos primeros sectores, forma parte de un conjunto de poblados fortificados de la Edad de Hierro que flanquean el valle medio del río Miño, además de tratarse del primer lagar rupestre datado en toda Galicia. «Por primera vez podemos demostrar que la producción de vino ya existía en Astariz desde la época romana», comentaba Pérez.

Este hallazgo es la primera excavación arqueológica con vistas a la investigación y que pretende ser una futura exposición en la que las estructuras estés disponibles para su visita por el público. El caso más conocido es el del castro de San Cibrán de Las. También se encuentran otros pequeños poblados con otras funciones, como la minería o excavaciones auríferas. «Son pocos los casos, que nosotros sepamos, los que han sido intervenidos», apuntaba el arqueólogo.

Asegura que está siendo una labor muy fructífera, aunque quizá en esta ocasión hayan ido con expectativas que no se cumplían a la hora de excavar. «El año pasado fue todo novedad porque era la primera vez que se hacía, pero es difícil comparar un año con otro. Es como preguntar a qué hijo quieres más», aseguraba Fermín.

El trabajo de campo, que resulta ser el más laborioso, ha tenido lugar durante todo el mes de agosto, pero el proyecto no se acaba aquí. Los materiales pasan al laboratorio y tienen que ser lavados, secados, inventariados y estudiados. «Ahí es donde se elabora propiamente la investigación histórica, y eso nos puede llevar cinco o seis meses», en palabras del experto. Aún es pronto para valorar el resultado total pero se confirman las hipótesis iniciales. Lo que queda de año 2017 y el primer semestre del año próximo será un período clave en el desarrollo de la investigación.

En cuanto a los planes de futuro en esta zona, la idea es seguir con su estudio, ya que «el proyecto no nació para que se haga solo una campaña de un año»- según el arqueólogo-, aunque no todo depende de ellos.

Puertas abiertas

El pasado sábado, en el centro de día situado en Vide, en el Concello de Castrelo de Miño, se pudo disfrutar de una muestra de los elementos hallados. La jornada de puertas abiertas contó con una gran variedad de objetos cerámicos, de bronce y materiales metálicos en proceso de lavar y datar. Como acompañamiento, varios paneles explicativos donde se especifica su localización y que ayudan a la comprensión por parte del público.

Todo lo que allí se ha expuesto son descubrimientos de la campaña de este año. Lo que se consiguió en el año anterior ya está en la siguiente fase del proceso de análisis. «No consiste en hacer una exposición de algo ya cerrado, si no en mostrar nuestro proceso de trabajo al público. No queremos que se vea como en el museo», comenta Fermín.

También se realizó una visita guiada a la excavación, dirigida y explicada por los responsables. Este es el paso previo al destino final del castro: una zona expuesta que pueda ser visitada a diario.