«Hay niños que se matan porque no pueden seguir soportándolo»

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

CASTRELO DE MIÑO

Santi M. Amil

En el colegio de Castrelo de Miño llevan años participando en concursos de la ONCE por las temáticas que tratan. Este año los más pequeños se revelaron contra el «bullyng»

25 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Preferimos hacer hincapié en lo que nos asemeja en lugar de en lo que nos diferencia. Y en que todos los niños pueden conseguir lo mismo siempre que tengan los apoyos necesarios», afirma Virginia Álvarez, profesora en Castrelo de Miño. Están matriculados muy pocos alumnos. Tan pocos son que no conocen lo que es estar en un aula con 20 niños más de su misma edad. Allí las clases se organizan agrupando a dos cursos en una misma aula. Y si bien es cierto que el sistema se impuso por necesidad -son pocos los matriculados y pocos los profesores de los que dispone el centro ubicado en un entorno rural-, también lo es que los resultados en estos años han sido más que óptimos.

Los docentes se decantan por un método inclusivo de enseñanza en el que todos participan y opinan. En este sentido, los concursos dirigidos a escolares son un atractivo para los más pequeños y permiten a los adultos asomarse a sus puntos de vista y sus ideas al respecto de diferentes problemáticas. Es así como han participado ya hasta en seis ocasiones en los certámenes organizados por la ONCE. «En los colegios grandes gana un aula, aquí participan siempre quinto y sexto y tercero y cuarto juntos, de dos en dos. Con lo cual si ganan, ganan todos también», explica Virginia. En total son cuatro y cada uno se encarga de unas materias determinadas. Carolina Varela, Maite Álvarez y Bienvenido Suárez completan el equipo.

Noa Pérez, de último curso de Primaria, es una de las alumnas que elaboró el cartel -ganador a nivel autonómico y que quedó finalista a nivel nacional-. El tema escogido este año por la entidad organizadora era el bullyng. Ella, y sus seis compañeros de clase -son siete en el aula que aúna el último y el penúltimo curso de Primaria-, saben perfectamente el significado de la palabra. Y son conscientes también de que, fuera de los muros de su colegio, el problema es más habitual de lo que parece. «Cuando ves algo injusto tienes que decirlo y revelarte contra ello», contesta cuando le preguntan por cómo hay que reaccionar si alguien está tratando mal a un compañero.

Esteban González, de tercero, comenta que probaron más modelos antes de obtener el resultado final del cartel que hicieron, pero que finalmente decidieron que el blanco y negro tenía que representar las situaciones tristes y de acoso mientras que el color representaría el activismo contra la indiferencia. «Hay niños que se matan porque no pueden seguir soportándolo», afirma con semblante serio y como si de golpe se le hubiese olvidado que tiene ocho años. Además, en este centro los alumnos de Educación Especial comparten todo con el resto de niños. «Nosotros les hemos enseñado a ellos muchas cosas, pero ellos a nosotros también», añade Esteban. «Yo por ejemplo sé que cuando José Manuel me aprieta fuerte es porque no sabe lo que es fuerte y flojo y es muy pequeño, pero no porque me quiera hacer daño», explica en la biblioteca del colegio sobre uno de los dos alumnos de Educación Especial.

El año 2014-2015 ganaron el primer premio en la categoría de tercero y cuarto. El premio consistía en ir a un campamento durante una semana a Madrid. Y otra vez el hecho de ser tan pocos -quince entre los cuatro cursos- hizo que todos pudiesen viajar. «Yo le pedí a la ONCE si no podíamos ir todos y al final fuimos 15», recuerda Virginia.

«Este año también queríamos ganar, pero estamos contentos porque quedamos finalistas y nos lo pasamos bien haciendo el cartel», finaliza Esteban.