Muchos desacuerdos, pero también coincidencias, en el encuentro de los líderes juveniles de PP y PSOE para La Voz
19 mar 2016 . Actualizado a las 12:32 h.El tradicional discurso de izquierda y derecha ha sido en muchos foros sustituido por el de nueva y vieja política. Quienes se expresan en esos términos sitúan en la segunda de esas categorías a los hasta ahora dos grandes partidos: PP y PSOE. En este contexto, ¿por qué una persona joven militaría ahora en esas formaciones? Y, más aún, ¿por qué asumiría la responsabilidad de liderar sus organizaciones juveniles? La Voz ha reunido a la presidencia provincial de Novas Xeracións, Jackeline Elizabeth Fernández Macías, y al coordinador de las Xuventudes Socialistas en la provincia, Adrián Borrajo Rodríguez, para que expliquen por qué ellos parecen ir a contracorriente de sus compañeros de generación. No en vano, el CIS sitúa como partidos más votados en su franja de edad a Podemos y Ciudadanos.
Durante la conversación surgen algunas coincidencias y muchas diferencias. La primera es el primer impulso para militar. La joven líder del PP explica que su padre «estaba metido un pouco en política en Castrelo de Miño». Ella terminó implicándose también. La historia de Adrián Borrajo es muy diferente. «Na miña casa son a ovella negra. Meu pai é moi do PP», dice entre risas el recién elegido coordinador de Xuventudes Socialistas, cuyo padrino llegó a ser candidato a la alcaldía en Carballeda de Valdeorras. A él, sin embargo, le convenció el «discurso» del PSOE, asegura.
Sin más rodeos, la pregunta está clara: ¿Se sienten cómodos siendo jóvenes en partidos que algunos califican como viejos? La respuesta, similar. Ninguno de ellos cree que estar militando en la «vieja política». «É un slogan que se creou para darlle unha connotación negativa aos partidos que xa teñen experiencia. E eu pregúntome: ¿toda a xente vella é mala e os mozos son bos? Eu penso que ten que haber unha simbiose entre a xuventude e a experiencia», opina Jackeline Elizabeth Fernández.
Adrián Borrajo coincide en el análisis y niega que, como defienden especialmente desde Podemos, ahora sea el momento en el que la calle ha entrado por fin al Congreso: «Estou de acordo en que o feito de que haxa máis pluralidade é bo, pero os deputados seguen sendo elixidos coa mesma lei electoral e representan de igual maneira á cidadanía. Ningún partido pode autoproclamarse o patrimonio da defensa dos intereses do colectivo».
En todo caso, ambos hacen también autocrítica. Según dicen, en ocasiones sus partidos no escuchan las ideas de los jóvenes que militan en ellos tanto como creen que deberían y los utilizan poco más que para movilizar público para los mítines. El contacto directo con el asociacionismo y, básicamente, con los problemas de la ciudadanía es su principal reivindicación y también su programa de trabajo, en ambos casos, como líderes provinciales de sus respectivas organizaciones.
Otra pregunta evidente: ¿Tendrá algo que ver el goteo de casos de corrupción de PP y PSOE en la desconexión de estos partidos con muchos votantes? Ahí ambos vuelven a coincidir. En la conversación acaban aflorando clichés como el de «lacra», pero también otras palabras más sinceras. «É moi duro levantarse e dar a cara polo partido cando saen ese tipo de cousas», admite Jackeline Fernández y, al momento, Adrián Borrajo reconoce sentirse avergonzado por los casos de corrupción que también afectan a su propio partido.
Sin embargo, cuando se les pregunta por alguna investigación que les toca más o menos de cerca, las respuestas son más parecidas al discurso oficial de sus respectivas formaciones. El líder en Ourense de las Xuventudes Socialistas (antes de conocer su dimisión) respaldaba sin fisuras al secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, y llegaba incluso a pedir a la jueza que lo investiga «que apure» en la instrucción de esta causa. En cuanto a Jackeline Elizabeth Fernández, preguntada por la investigación por acoso sexual al presidente provincial del PP, José Manuel Baltar, dice que se trata de un «tema persoal» y lamenta como se ha, según dice, «instrumentalizado politicamente».
Al cuestionarles sobre la situación de incertidumbre que rodea a la formación de un nuevo Gobierno, los líderes juveniles de PP y PSOE tampoco se salen del guion prefijado por sus partidos. Jackeline Elizabeth defiende una gran coalición con Mariano Rajoy al frente «aínda que sexa so por dous ou tres anos, para darlle estabilidade ás reformas que se fixeron nestes anos», según asegura. Adrián Borrajo dice respaldar, por su parte, el pacto alcanzando entre su partido y Ciudadanos y abre el abanico a otras formaciones políticas, como Podemos, para llegar a «grandes acordos». «Necesitamos un Goberno para rescatar á xente», afirma el socialista.
Adrián Borrajo, un estudiante recién llegado a la actividad partidaria
El reto que supone tomar las riendas de una organización política juvenil que tuvo que afrontar Jackeline hace seis años lo está viviendo ahora mismo Adrián Borrajo Rodríguez (O Barco, 1994). Se afilió al PSOE con 18 años y acaba de ser elegido coordinador provincial de las Xuventudes Socialistas en un congreso celebrado por su militancia. Nunca ha ido en las listas electorales de su partido, aunque hasta que superara la mayoría de edad era sencillamente imposible y, de momento, es estudiante. Adrián Borrajo está ahora mismo en segundo curso de Derecho y vive a caballo entre O Barco de Valdeorras y A Coruña, donde está su facultad.
Jackeline Fernández, una «veterana» que se despide del cargo orgánico
Aunque es joven (nació en Venezuela en el año 1986), Jackeline Elizabeth Fernández Macías es ya una «veterana». Se afilió con unos 21 años y es presidenta provincial de Novas Xeracións (la organización juvenil del PP) desde el 2010. En abril hay congreso, ella ya no se presentará y suena como relevo José Antonio Parente, de Xinzo. En todo caso, se ha hecho un hueco ya entre los «mayores». Apareció en puestos de relleno en varias candidaturas, pero no logró representación hasta que el pasado agosto consiguió convertirse en diputada autonómica en sustitución de una compañera dimitida. Es licenciada en ADE y está terminando un máster.