Ourense: 40 años iluminando A Valenzá

La vecina de Barbadás María Teresa Rodríguez recuerda como si fuese ayer el día que decidió abrir el bar A Farola. «Era 1983 e hicimos una gran fiesta de inauguración a la que vino muchísima gente», dice. «Me ayudó mi cuñada Carmen. Ella tenía otro trabajo pero me dio el pie y el empujón que necesitaba para abrir un negocio en el bajo del edificio familiar en el que vivíamos», añade. María Teresa todavía sigue allí, en el Camiño do Areal, en A Valenzá, pero la trayectoria de su cafetería ha terminado. Tras casi cuarenta años detrás de la barra, esta ourensana natural de Gomesende se jubila. Lo hace sin poder evitar emocionarse a cada rato y llena hasta los topes de gratitud. Como la que ha querido demostrar a los vecinos a través de un enorme cartel situado en el balcón que hay encima del local de A Farola: «Esto ha sido la casa de una gran familia.

A lo largo de estos años he intentado estar al lado de la gente del barrio y de mis clientes con toda la alegría y el buen humor del mundo. No quería irme sin darles las gracias, en mayúsculas, a los que están, y a los que ya nos faltan, que no nos olvidamos de ellos», dice, entre lágrimas. Ese optimismo del que habla convirtió a A Farola en la luz en la vida de muchos vecinos. «Lo llamamos así porque cuando abrimos, A Valenzá se conocía por la farola que había en la carretera principal, apenas había edificaciones ni calles. Y justo frente a nuestra bar había otra», cuenta. En este tiempo, María Teresa puso millones de cafés de la mañana y de vinos de última hora de la tarde. Disfrutó con las partidas de cartas del mediodía y también con las tardes de fútbol retransmitido. «Los clientes han sido extraordinarios y fabulosos, y me han ayudado con todo. Aquí se quedan grandísimos recuerdos», explica la hostelera. Y queda pendiente una despedida con celebración: «Ojalá se pueda, cuando todo esto pase. Sería mi gran ilusión». Que llegue pronto.