Cinco paseos para desconectar de la ciudad (sin salir de ella)

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

BARBADÁS

El paseo de las Ninfas, en una imagen de archivo
El paseo de las Ninfas, en una imagen de archivo Santi M. Amil

Estas son algunas opciones para disfrutar de la naturaleza sin moverse de Ourense

17 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No hace falta salir de los concellos de Ourense y Barbadás para disfrutar de un buen paseo rodeados de naturaleza. Respirar aire puro, hacer un poco de senderismo y desconectar del ajetreo de la capital sigue siendo posible en estos dos municipios sin saltarse las restricciones implantadas por la Xunta. Tanto si lo que quieres es ir a correr o a montar en bici, como si lo que estás buscando es un plan sin asfalto idóneo para compartir con los pequeños de la casa. Aquí te dejamos cinco opciones diferentes.

Paseo de las Ninfas

La primera de las posibilidades que ofrece Ourense es el Paseo de las Ninfas, también conocido como la ruta del colesterol. Situado a escasos pasos del centro de la capital, se trata de un recorrido circular de unos doce kilómetros. No presenta ninguna dificultad, pues el camino es llano y totalmente acondicionado con iluminación y sentido permitido en ambas direcciones. Es ideal para practicar ejercicio al aire libre como salir a correr, a andar o para montar en bicicleta. Perfecto para disfrutar solo, en pareja o con niños. La ruta pasa por las pozas de Outariz, las de A Chavasqueira, el Tinteiro y llega hasta la zona verde de Oira, donde es posible parar a relajarse en el césped o improvisar un pícnic. El tiempo aproximado de camino es de dos horas y media.

Imagen de archivo del paseo del río Barbaña
Imagen de archivo del paseo del río Barbaña PABLO ARAUJO

Fluvial del Barbaña

En el Puente Lebrón, al lado del Pabellón de Os Remedios, comienza esta ruta de 10 kilómetros, también circular, que bordea la capital y llega hasta el concello de Barbadás. El camino, totalmente adaptado, sigue el curso del río Barbaña. Partiendo de un tramo urbano llega hasta La Molinera, donde la ruta se divide, siendo posible continuar hasta Expourense y regresar por la otra orilla; o seguir por la ribera del Barbañica hasta llegar al límite con el municipio de Barbadás.

La facilidad que presenta la ruta, la vuelve idónea tanto para practicar deporte, como para disfrutar al aire libre con niños, como para salir a pasear en compañía de unos cascos con música -y sin ellos-.

MIGUEL VILLAR

El del río Lonia

Para algunos, rodearse de naturaleza es la mejor forma de desconectar. Alejarse del ruído de los coches, del asfalto y las aceras, ver solo verde y escuchar solo el fluir del río. En Ourense es posible a tan solo un par de kilómetros del centro de la capital, concretamente siguiendo senda del río Lonia. Aunque la ruta puede iniciarse desde el Puente Romano, lo normal es comenzarla en la desembocadura de este río, donde empieza a su vez un camino de tablas en los que lo más próximo son árboles y más árboles. Al llegar a Mende las tablas se terminan y se abre, frente al colegio, una zona más amplia con bancos, apropiados para merendar y pasar una tarde agradable, con o sin niños. El recorrido continúa por una antigua calzada romana hasta el conjunto arqueológico-natural de Santomé, un hermoso enclave con imponentes vistas sobre la ciudad que conserva vestigios de arquitectura romana y castreña. La distancia es de unos siete kilómetros, por los que se pasa además por el puente romano de A Lonia.

Miguel Villar

Por Seixalbo

Escaparse de la ciudad sin infringir las restricciones es posible. No hay que salir del Concello de Ourense para disfrutar de una parroquia rural, con calles estrechas y muros empedrados. La belleza de Seixalbo es singular. La localidad está situada en la Vía de la Plata, Camino Mozárabe, y su origen se remonta a la Edad Media. Fue declarado Núcleo de Interés Etnográfico y conserva el aspecto medieval, lleno de casas de piedra reconstruidas.

Situado a escasos seis kilómetros de la ciudad, Seixalbo es una buena opción para pasar un día diferente, pasear entre sus calles estrechas y descubrir las múltiples plazas que salpican la localidad. También merece la pena visitar la antigua casa del coronel Aberlardo Arce o el parque de la Infesta.

Santi M. Amil

Montealegre

Pasear, descubrir y desconectar también es factible en Montealegre. Además de ser uno de los lugares con las mejores vistas de la ciudad. El gran parque forestal de Ourense, que cierra la ciudad por el este, se encuentra a menos de dos kilómetros del centro por lo que ofrece la posibilidad de ir caminando o de acercarse hasta allí en coche, pues cuenta con un amplio aparcamiento. En en corazón de este monte se encuentra el parque botánico en el que se preservan más de 240 especies florales y unas 132 de fauna. 

El botánico de Montealegre cuenta con un centro de recepción e investigación y con un auditorio al aire libre. Además en él está situado un mirador desde el que contemplar el valle y la zona urbana de la ciudad. Todo esto lo convierte en el lugar indicado para disfrutar de una jornada de desconexión con convivientes, tanto familiares, como amigos, como parejas o solos.