En los colegios de 20 concellos hay menos de 10 alumnos en primaria

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

BARBADÁS

El CRA Amencer de Ribadavia tiene 13 alumnos más que el curso pasado
El CRA Amencer de Ribadavia tiene 13 alumnos más que el curso pasado Santi M. Amil

En la provincia se cuentan 22 ayuntamientos sin ningún centro educativo abierto

10 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya ha llegado. Después de meses con las puertas cerradas y semanas de nervios y preparativos, hoy comienza la vuelta el cole para los alumnos de infantil, primaria y educación. En una entrada escalonada, entre hoy y mañana 18.357 escolares de la provincia regresarán a las aulas. La mayoría se reparten entre los centros de la ciudad y las cabeceras de comarca. Así, en Ourense comienza el curso para 9.014 chavales. En segundo puesto está O Barco de Valdeorras, con 1.041; seguido por Verín, con 923; O Carballiño, con 918, y Xinzo de Limia, con 766. Y también es importante el volumen de escolares en el cinturón urbano de la capital, con 676 alumnos matriculados en Barbadás y 635 en O Pereiro de Aguiar.

Los más de 18.000 alumnos ourensanos estudian en los centros ubicados en 70 concellos de la provincia, donde hay otros 22 ayuntamientos que se quedaron sin ningún colegio con el paso de los años. Entre esos 70 hay 20 que resisten a veces no sin cierta dificultad. Este curso tienen menos de 10 alumnos en educación infantil (que son quienes a la larga mantienen los centros abiertos). En esta situación están -según los datos oficiales de la Consellería de Educación- A Peroxa, Cenlle, Cortegada, Manzaneda y San Amaro, con nueve alumnos; Avión, Castrelo de Miño, Os Blancos y Taboadela, con 8; Cualedro, con 7; Punxín, con 6; A Veiga, Muíños y Vilar de Barrio, con 5; Entrimo y O Bolo, con 4; Beariz y Sarreaus, con 3; y Vilardevós y Vilariño de Conso, con 2.

El CRA de Ribadavia empieza el curso con 13 niños más que el año pasado

No todos los colegios pequeños viven malos tiempos. El centro rural agrupado Amencer de Ribadavia es un ejemplo de lo contrario. Este curso tienen 58 alumnos, 13 más que el año pasado. La responsable del CRA, Raquel Rodríguez Giralt, no cree que el aumento de matrícula se deba a la una búsqueda de los padres de llevar a sus hijos a centros más pequeños ante la pandemia del coronavirus, sino a una apuesta por la metodología educativa. Señala en este sentido que ya llevan dos años ganando alumnado.

Rodríguez entiende que se debe a la forma de trabajar y los recursos de los que dispone el centro, «que lo hace más interesante para las familias». Los chavales de diferentes edades están mezclados por niveles, y cuentan «con todas las especialidades, que hacen apoyo en todas las aulas». En cada clase hay casi siempre dos docentes, para atender a un máximo de 13 niños. Tienen maestros de Audición y Lenguaje, Religión, Música, Educación Física e Inglés.

Son pocos niños, pero toda prevención ante el coronavirus es necesaria. Desde el equipo docente se elaboró un protocolo que el lunes fue presentado a las familias. Rodríguez califica de importante el gasto realizado en la compra de gel hidroalcohólico, jabón, máscaras y también mamparas. Estas últimas, explica, «son necesarias porque en las clases de audición y lenguaje tener la boca tapada no vale para nada». También han adquirido contenedores para que cada niño deje sus cosas. «Son muchos gastos, porque ahora todo el material grupal tiene que ser individual», explica, para después añadir que es el propio centro el que sufraga incluso el material escolar de los niños. «Destinamos el dinero que recibimos de varios premios, porque hay familias que lo están pasando mal y no queremos darle gastos extra», resalta Fernández Giralt. No entran los libros de texto. Asegura que son pocos, pero que han decidido mantenerlos para evitar la monotonía de trabajar con fotocopias en blanco y negro, y ante la previsión de un posible confinamiento, ya que no todas las familias tienen impresora en casa.